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Cualquier deportista tiene una cosa clara: debe alimentarse bien. Bueno, en realidad, cualquier persona debe hacerlo, pero no siempre es posible. 

Hay restaurantes que ayudan a mantener una buena alimentación y además degustar una rica comida. Marc Márquez tiene claro que si busca eso, hay un rincón en Cataluña donde puede hacerlo: el barrio de Sagrada Familia de Barcelona.

Allí se encuentra el restaurante favorito del motorista catalán. Se trata del Madre Taberna Moderna. Este pequeño local, en medio de grandes cadenas de fast food, sobrevive y destaca por su esencia familiar y su calidad culinaria en una zona completamente gentrificada.

Todo empezó hace 30 años, cuando Alexandra Chechelnitskaya, más conocida por todos como Sasha, abrió Intertapa, un restaurante de tapeo. El negocio ha cambiado de nombre, ha ido a más y ha contagiado al hijo de la dueña, Leo Chechelnitskiy, que rápido tomado el relevo.

Origen

Tras coger experiencia en el Chamako y Babula Bar, Leo ha tomado el relevo de Intertapa. Le cambió el nombre al Madre Taberna Moderna, pero mantuvo la esencia de su madre. Eso sí, le dio un toque más moderno y sofisticado, que lo hace destacar entre los demás bares de tapeo de la zona.

Para empezar, no tiene un aspecto cualquiera. El restaurante luce una estética elegante y contemporánea, sin perder el espíritu acogedor que lo convirtió en un referente de barrio. Pero si por algo destacan es por su comida. Si no que se lo digan a Marc Márquez que, como destacó en El Hormiguero, es fan absoluto de este local.

Wellington del restaurante Madre Taberna Moderna MADRE TABERNA MODERNA

Qué comer

La razón principal se pronuncia en plural: sus platos, que combinan tradición y cocina moderna. Bajo la dirección culinaria de Andy Feher, el Madre Taberna Moderna recupera recetas de toda la vida y las revisa con un enfoque innovador

La propuesta está pensada para compartir, combinando sabores locales con influencias internacionales. Entre los platos más destacados, se encuentra el jamón de picanha de rubia gallega de Discarlux, madurado durante 40 días y tratado con un mimo excepcional: cortado al momento y reposado brevemente bajo un foco para intensificar sus notas mantecadas.

Tapas

Desde el Cuarto Frío, un mostrador a la entrada del local, los comensales pueden ver cómo se ensamblan productos de primera calidad en elaboraciones sencillas pero exquisitas, como las ostras Louis de calibre 3, servidas con crema de gazpacho y jalapeño, o el pepino encurtido con kimchi y vinagre de arroz.

Uno de los puntos fuertes de la carta son los arroces estilo brut balear, conocidos por su sofrito intenso y su fondo potente. Destaca especialmente el arroz del senyoret con gamba roja perfectamente pelada, servido en su punto y con un socarrat memorable.

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