El apellido a punto de desaparecer en Cataluña: sólo lo tienen seis personas y están en Lleida
- Este nombre familiar tiene mucha relación con el territorio y un significado especial
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Hay apellidos que por muy españoles que suenen no son tan extendidos como parecen. Por el titular, el lector habrá deducido que no hablamos de los García, Martínez, López y demás, sino de algo más original.
Los apellidos de España se cuentan por cientos de miles, cuando no millones, pero no todos tienen la misma implantación. Por muy arraigado que esté el nombre de familia al territorio.
Qué apellido es
Así, entre los listados de apellidos patrios no pueden faltar los que tienen una eñe en medio. ¿Puede haber algo más español? La respuesta es que, seguramente, pero eso no implique que se quede para siempre.
De hecho, hay un apellido que está al borde la extinción y que cumple esta característica. Se trata de Peñascal, un nombre que parece hacer referencia incluso a su origen geográfico, pero de los que apenas quedan.
Distribución geográfica
Los datos así lo evidencian. El Instituto Nacional de Estadística (INE) asegura que sólo hay 44 personas en toda España que tiene Peñascal como primer apellido y 28 de segundo. Hay en varios puntos del territorio, pero tan escaso que apenas hay registro, donde más destacan es en Madrid, Córdoba, Sevilla y Lleida. Por ese orden.
Pero claro, siendo 44 personas en toda España, cuesta pensar que sean muchas. Un vistazo al Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat) sirve para sacar de dudas. Según los registros oficiales, solo seis personas llevan el apellido Peñascal en Cataluña, todas ellas residentes en la provincia de Lleida, un dato que lo convierte en uno de los apellidos más raros y exclusivos de la región.
De dónde viene
Sobre por qué ha sucedido esto, planea siempre la incógnita. De lo que cabe duda es que sale de España. Peñascal tiene un origen claramente geográfico, asociado a un lugar caracterizado por formaciones rocosas o pedregales.
Este tipo de apellidos eran comunes en la Edad Media, cuando muchas familias adoptaban nombres relacionados con el entorno natural donde vivían. De hecho, el apellido Peña, ya es de origen vasco y viene precisamente por el territorio.
Qué significa
Algo parecido sucede con Peñascal. Se trata de un nombre derivado del término "peñasco", lo que denota una conexión directa con terrenos accidentados o pedregosos. Todo ello no hace otra cosa que sugerir que las raíces de este apellido están ligadas a un entorno rural o montañoso.
Aunque su presencia es escasa en Cataluña, Peñascal puede encontrarse con mayor frecuencia en otras zonas de la península ibérica, especialmente en regiones donde las formaciones rocosas son características del paisaje. Sin embargo, incluso en estos lugares, su incidencia es limitada, lo que resalta su rareza.
Movilidad de Peñascal
No se puede ubicar la zona exacta donde nació el apellido Peñascal, sólo destaca el hecho curioso que Lleida sea la provincia española donde más personas son portadoras del mismo. Esto extraña a muchos, sobre todo porque si bien la región históricamente ha mantenido un fuerte vínculo con la ruralidad y la tradición, también es conocida por sus llanuras. La única opción que muchos contemplan es que, si hubiera nacido por estos lares, sería por la zona de los Pirineos.
En cualquier caso, esta concentración puede explicarse por la herencia familiar y la transmisión generacional en un área menos afectada por la movilidad geográfica que caracteriza a las grandes urbes. Sin embargo, con la reducción del tamaño familiar y la emigración hacia otras regiones, el apellido enfrenta un riesgo inminente de desaparecer.
Un apellido en peligro de extinción
La desaparición de un apellido no es solo una cuestión demográfica, sino también cultural. Los apellidos son custodios de la historia familiar, la identidad y las raíces de una comunidad. En el caso de Peñascal, su extinción representaría la pérdida de un fragmento único del patrimonio onomástico catalán y por ende, español.
Este fenómeno no es aislado, pues muchos apellidos minoritarios en Cataluña enfrentan un destino similar, ya sea por la falta de descendencia o por el cambio de apellidos al fusionarse con otros más comunes.