Así entraron en prisión los narcos albaneses a los que se les quemó una nave de marihuana
- Dos hombres quedaron detenidos como presuntos responsables de la plantación
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Pasaban pocos minutos de las 8:40 de la mañana del pasado lunes 16 de diciembre cuando el propietario de una nave industrial en la calle Gelida de Masquefa (Barcelona) alertó a la Policía Local de un pequeño incendio en el local contiguo.
Al llegar, los agentes comprobaron que del cuadro eléctrico exterior del edificio salían humo y chispas, lo que podría derivar en un fuego de mayores dimensiones. La intervención de los bomberos confirmó la necesidad de entrar al local para verificar que el incendio no se hubiera extendido.
Aunque el fuerte olor a marihuana que empezó a impregnar toda esa zona ya daba algunas pistas, a priori, los agentes poco se imaginaban la escena que les esperaba en el interior.
A todo esto, los agentes interceptaron a dos hombres, ambos de origen albanés, merodeando por los aledaños de la nave. A uno de ellos le requisaron unas llaves, que coincidían con las del local incendiado.
Una vez dentro, lo que inicialmente era una operación para sofocar un incendio se convirtió en el hallazgo de una sofisticada plantación indoor. Ante la magnitud de lo descubierto, los agentes decidieron alertar a los Mossos d’Esquadra, que asumieron el control de las investigaciones. En concreto, la Unidad de Investigación de Igualada.
El hallazgo que lo cambió todo
En el interior de la nave se localizaron 1.524 plantas de marihuana en avanzado estado de floración, listas para su recolección y venta. Según los cálculos de los investigadores, el cultivo representaba 152 kilogramos de droga, una cantidad que excede con creces el límite de 10 kilogramos que la jurisprudencia considera de "notoria importancia".
Las instalaciones evidenciaban un montaje profesional: 64 lámparas multi led, 17 filtros de olor, 6 aparatos de aire acondicionado y 23 ventiladores, entre otros dispositivos diseñados para maximizar la producción. La escena confirmó que no se trataba de una plantación improvisada, sino de una red bien organizada.
Los dos albaneses, detenidos
Tras el hallazgo, los accesos a la nave fueron precintados mientras se avisaba a la Unidad de Investigación de Igualada. A las 10:05 horas, un subinspector confirmó desde el exterior que el olor a marihuana era tan intenso que impregnaba toda la calle Gelida.
A continuación, se dispuso una custodia policial del lugar hasta obtener las órdenes judiciales necesarias para requisar todas las plantas y el material localizado.
Por su lado, los dos hombres que se encontraban fuera de la nave quedaron detenidos como supuestos responsables de la plantación. A pesar de que su nombre no aparece en el contrato de alquiler, los agentes los vincularon, de forma directa, al poseer una copia de las llaves de la nave incendiada.
Prisión provisional por riesgo de fuga
Tras pasar tres días en el calabozo, los dos presuntos narcos albaneses pasaron a disposición del Juzgado de Instrucción 6 de Martorell, cuyo titular decretó prisión provisional para ambos acusados. Su principal argumentación se centró en un "evidente riesgo de fuga".
Según el auto, al que ha tenido acceso Crónica Global, ninguno de los dos tiene arraigo en España. Uno de ellos cuenta con una residencia legal que caduca este mes; mientras que el otro se encuentra en situación irregular.
Asimismo, ninguno aportó pruebas de domicilio, empleo o vínculos familiares en el país, ni pudo justificar de manera coherente su presencia en el lugar del hallazgo.
La defensa argumentó que no existe documentación que vincule a los acusados con la nave, pero los Mossos, en su atestado, concretan que, en este tipo de operaciones, suelen detener a las personas que forman parte de la organización en los estamentos más bajos y que acostumbran a realizar funciones de seguridad y jardinería.
El juez, por su parte, subrayó que la cantidad incautada y las pruebas recogidas justifican la medida cautelar.
Los narcos también son vulnerables
De este modo, el incendio, casual y fortuito, destapó una plantación de narcotráfico que podría haber pasado desapercibida sin ese suceso inesperado.
Este caso pone de manifiesto no sólo la sofisticación de las redes delictivas, sino también cómo un simple incidente puede derribar incluso las estructuras más organizadas del narcotráfico.