Agentes de Policía Nacional y Mossos d'Esquadra durante el dispositivo de este miércoles 27 de noviembre

Agentes de Policía Nacional y Mossos d'Esquadra durante el dispositivo de este miércoles 27 de noviembre Mossos d'Esquadra

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Captados en Latinoamérica y explotados en plantaciones de marihuana: así operaba una red de trata en Cataluña

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Cerca de 750 agentes de la Policía Nacional y los Mossos d'Esquadra se movilizaron el pasado 27 de noviembre en el marco de un macro dispositivo para desarticular una organización criminal presuntamente dedicada a la trata de seres humanos con fines de explotación para cultivar plantaciones de marihuana

El operativo se saldó con la detención de 36 personas de distintas nacionalidades en las provincias de Barcelona y Castellón. Cinco de ellas ya han ingresado en prisión provisional. Se les atribuyen los delitos de cultivo y tráfico de marihuana, trata de seres humanos, pertenencia a organización criminal, así como la cría de gallos para pelas clandestinas. 

La víctima que pudo escapar

La investigación arrancó en mayo de 2023, cuando una de las víctimas informó a los agentes de la Policía Nacional de su situación en España. El denunciante alertó que miembros de la organización lo habían engañado para trabajar en varias plantaciones ubicadas en la localidad de Castellbisbal (Barcelona). 

Aseguró que los detenidos le habían agredido, amenazado y privado de su libertad, hasta que finalmente pudo escapar de esa situación. 

De forma paralela, los Mossos d'Esquadra iniciaron una investigación paralela, cuando una empresa suministradora de luz y gas de la localidad de Rubí (Barcelona) observó un elevado consumo eléctrico en tres fincas de Castellbisbal

Agentes de los Mossos y el CNP durante un dispositivo anterior

Agentes de los Mossos y el CNP durante un dispositivo anterior CME

Ambas investigaciones se fusionaron, constatando que los miembros de la organización se aprovechaban de personas procedentes de países latinoamericanos en situación de vulnerabilidad.

Las víctimas eran captadas mediante engaño y luego eran obligadas a realizar labores de cultivo y seguridad en las plantaciones. Todo ello bajo el control del entramado que no dudaba en hacer uso de la violencia cuando las víctimas no obedecían sus órdenes.

Engañados y explotados

La estructura criminal estaba liderada por un violento clan familiar, cuyos principales responsables eran tres hermanos que, sirviéndose de colaboradores que se encontraban en terceros países de América del Sur o en España, se encargaban de captar víctimas en situación de necesidad.

Una vez eran reclutadas se les ofrecía desarrollar una actividad distinta a la que finalmente realizarían a su llegada a Barcelona. 

Una vez que las víctimas aceptaban la propuesta, los cabecillas de la organización, a través de los colaboradores, se encargaban de gestionar los billetes de avión de ida y vuelta, aleccionarles sobre cómo comportarse en frontera y les proporcionaban una cantidad económica para poder simular solvencia económica. De esta manera, hacían ver que las víctimas viajaban por cuestiones turísticas. 

Controlados 24 horas

Sin embargo, una vez que las personas explotadas por la organización llegaban a Barcelona, eran recogidas por miembros de la estructura criminal. Momento en el que se les informaba que habían contraído una deuda económica de hasta 4.600 euros, la cual debían saldar realizando trabajos en plantaciones indoor de marihuana.

A partir de ahí, estas personas comenzaban a ser explotadas, estando en todo momento controladas por miembros de la organización criminal, algunos de los cuales incluso portaban armas de fuego para amedrentarles. 

Peleas de gallos

Durante la investigación se observó que los cabecillas de la organización se dedicaban, además, a la cría y entrenamiento de gallos de pelea, eventos que ellos mismos organizaban en sus propias "galleras".

En las entradas y registros fueron localizados 168 gallos de pelea, alguno de los cuales se encontraban en lamentables condiciones de salubridad y sometidos a prácticas presuntamente delictivas.

Por otra parte, se constató que blanqueaban los beneficios ilícitos con la compra de propiedades y a través de negocios lícitos. Uno de ellos dedicado a la venta de productos relacionados con el cultivo de marihuana.