A pesar del anonimato y la sensación de impunidad que otorgan las redes sociales y las plataformas online, la justicia es implacable contra los delitos sexuales que se cometen a través de internet. Un fenómeno que, lamentablemente, cada año registra cifras más preocupantes.
Un ejemplo de esta mano dura es la sentencia que ha emitido recientemente la sección 6 de la Audiencia Provincial de Madrid contra un vecino de Sant Just Desvern (Barcelona), acusado de abusar sexualmente y acosar a través de redes sociales a un adolescente.
En sede judicial, el condenado, actualmente de 40 años, reconoció que abusó del menor hasta en dos ocasiones y que luego, durante años, le obligó a realizar decenas de videollamadas de índole sexual.
14 años y medio de prisión
Según ha podido saber Crónica Global, el reconocimiento de los hechos se produjo durante la celebración del juicio oral, que tuvo lugar a finales de octubre. El acusado confesó después de que las partes alcanzaran una conformidad; acuerdo con el que él pudo beneficiarse de una leve rebaja respecto a la pena inicial.
Tras ello, el pederasta fue condenado in voce a 14 años y medio de prisión y al pago de una indemnización de 150.000 euros por exhibicionismo ante menores, exhibición de material pornográfico, corrupción de menores y dos delitos de abuso sexual. Teniendo en cuenta la atenuante de reparación del daño.
Para la abogada experta Marta Masip, del despacho Molins&Parés, esta condena supone un auténtico precedente en la lucha contra la ciberdelincuencia. En especial, contra todos aquellos delitos que se ceban con los menores de edad.
Pornografía y coacciones
Si nos remontamos a los hechos, según fuentes cercanas al caso, el condenado coincidió durante unos meses con la víctima y su familia. En ese momento, aprovechó la coyuntura para entablar una cierta amistad con el menor y sus padres. En el marco de esta relación de confianza, el pedófilo abusó hasta en dos ocasiones del adolescente.
A pesar de que la víctima reside en Madrid y el acusado en Barcelona, ambos siguieron chateando durante años. A lo largo de todo este tiempo, el procesado exhibió material pornográfico a la víctima y le coaccionó para realizar videollamadas de contenido sexual. En la actualidad, la víctima sigue siendo menor de edad.
Tras la denuncia de los padres de este menor, el pederasta fue detenido en Barcelona. No obstante, horas después fue puesto en libertad provisional. Sin embargo, meses después llegó la denuncia de otra víctima desde Castellón de la Plana, y ese fue el detonante.
Segunda detención
La segunda detención se produjo en julio de 2022, y desde entonces este sujeto se encuentra entre rejas. Según informó la Guardia Civil, el pedófilo, fingiendo ser representante de gamers, había contactado con decenas de adolescentes a través de videojuegos y redes sociales.
Copiando el mismo modus operandi que había seguido con la víctima de Madrid, el condenado contactaba con los menores hasta que lograba ganarse su confianza y entablar una cierta relación amistosa.
A continuación, les mostraba todo tipo de pornografía para conseguir animar a los menores a que realizaran diferentes actos sexuales: desde videollamadas de índole sexual hasta encuentros presenciales. Los investigadores identificaron a cinco víctimas, aunque los indicios apuntaban a la existencia de al menos otros 14 menores perjudicados.
105 vídeos de contenido pedófilo
En el registro del domicilio del detenido, la Guardia Civil descubrió 105 vídeos de contenido pedófilo donde aparecían víctimas menores.
Según la investigación, el último paso de la conducta delictiva consistía en hacerse pasar por representante de jugadores del mundo gamer, para tener acceso a las víctimas.
De este modo, trataba de ganarse la confianza de las familias y, tras varias citas y encuentros, lograba quedarse a solas con el menor con el fin de tener la posibilidad de mantener contacto físico con ellos.
Menores y nuevas tecnologías
Marta Masip, abogada especializada en derecho penal relacionado con menores y nuevas tecnologías, insiste en que "no debemos criminalizar las redes sociales". Según su criterio, los problemas se desencadenan ante la "asimetría entre adultos y menores a la hora de relacionarse a través de las redes sociales".
Sin embargo, considera que son herramientas útiles siempre que se usen con control y se eduque a los menores. "Los niños tienen claro que no tienen que aceptar caramelos de desconocidos en la calle, pero todavía no ven el peligro en las redes", advierte la penalista.