David C. junto con las banderas de Albania y Bulgaria

David C. junto con las banderas de Albania y Bulgaria Montaje de Crónica Global

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Tres organizaciones criminales se reparten el puerto de Barcelona

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La salida de José Mestre, exdirector de Tercat, en 2014, dejó un vacío de poder en las sombras del Puerto de Barcelona. Con su marcha, se desmoronó un sistema que, durante años, había protegido el equilibrio entre los intereses legales e ilegales en uno de los principales puntos de entrada de mercancías del país.

En aquel momento, el liderazgo en la cara B del puerto estaba huérfano, y el tráfico de estupefacientes, principalmente cocaína, buscaba nuevas manos que lo manejaran. Fue en ese contexto cuando emergieron figuras como David C., el histórico estibador del Puerto de Barcelona ejecutado en Montgat (Barcelona) el pasado viernes por la mañana.

Su trabajo diario en la inmensa maquinaria del puerto le permitió conocer cada rincón de la infraestructura y entablar contacto con los actores clave del narcotráfico internacional: los proveedores colombianos, los puntos débiles de los controles aduaneros y los compañeros dispuestos a mirar hacia otro lado.

En pocos años, Bubito, como se conocía al exestibador, pasó de ser un engranaje menor a convertirse en un capo respetado, capaz de orquestar la llegada, almacenamiento y distribución de la droga. Pronto ascendió y pasó a ser uno de los hombres de la coca dentro y fuera de los muros del puerto barcelonés. Más tarde, incluso, lo llegó a ser dentro y fuera de las fronteras de Cataluña y del Estado. 

Albaneses, búlgaros y españoles

Pero el ascenso de David no fue un fenómeno aislado. Según fuentes cercanas al puerto, tras la fragmentación inicial, tres grandes grupos criminales se consolidaron como los amos de la cara B: los hombres de Bubito, el clan español; las organizaciones búlgaras; y, las redes albanesas. Estos últimos, dueños de puertos como el de Guayaquil (Ecuador), desde donde sale buena parte de la cocaína que llega a Barcelona. 

'Bubito', el exestibador del Puerto de Barcelona ejecutado en Montgat

'Bubito', el exestibador del Puerto de Barcelona ejecutado en Montgat FOTOGRAFIA MA

Aunque colaboran y rivalizan según sus intereses, cada grupo tiene su propia red de estibadores de confianza y entre los tres controlan el grueso de la cocaína que entra por vía marítima en Barcelona.

No obstante, este dominio está lejos de ser absoluto. Otros grupúsculos con menos influencia, ansiosos por obtener una parte del pastel, avivan un clima de constante tensión y violencia en el muelle barcelonés. Sin embargo, éstos no han logrado anteponerse al triángulo de poder aunque, según fuentes policiales, "lo han intentado en reiteradas ocasiones". 

La batalla por los estibadores

Cada grupo criminal cuenta con un equipo de estibadores de confianza, esenciales para mover la mercancía. Sin embargo, hay trabajadores que se venden al mejor postor, una práctica que fomenta rivalidades. En especial, contra aquellos grupos minoritarios que intentan hacerse un hueco en la factoría criminal del puerto.

Las venganzas suelen surgir cuando un grupo roba o recluta a los estibadores de otro, desafiando el equilibrio entre las tres facciones. En estos casos, la respuesta es implacable: desde exigir una parte de las ganancias hasta propinar palizas como castigo ejemplar.

Desde las fuerzas y cuerpos de seguridad precisan que "apenas una minoría de estibadores es corrupta, pero se impone la ley del silencio en todos ellos". El no ver, no oír y no hablar rige las relaciones con los extraportuarios, aunque "todos son conscientes del papel que debían asumir". 

El clan de 'Bubito'

Dentro de este entramado, el clan de Bubito representa la facción española, una organización que opera en la élite del crimen y ha sido señalada por otros grupos, tanto nacionales como internacionales. De hecho, tal y como adelantó Crónica Global, David C. fue señalado públicamente a través de una web desaparecida, cuyo contenido se atribuye a los cárteles colombianos. 

Así, según las fuentes consultadas, el exportuario "conocía perfectamente que le tenían inquina porque lo habían aireado a los cuatro vientos por internet". Una práctica que, si bien es "habitual" en estos entornos criminales, "lo preocupante es que se haya materializado en España", apuntan voces policiales. 

Imagen del blog desde donde se vertieron amenazas contra 'Bubito'

Imagen del blog desde donde se vertieron amenazas contra 'Bubito' FOTOMONTAJE CG

En un blog público dedicado a lo que se conoce como sapos, chivatos en el argot criminal, aparecía una imagen en la que se superponía una fotografía del Puerto de Barcelona junto con el rostro de varios estibadores y trabajadores. Entre ellos, él, David. 

Permisividad y riesgos

Aunque no todos los estibadores están implicados en actividades ilícitas, el ambiente está marcado por un frágil equilibrio entre la corrupción y el cumplimiento de la ley. Mientras tanto, las autoridades parecen estar un paso por detrás, incapaces de frenar la consolidación de estos grupos que han hecho del Puerto de Barcelona su territorio.

La crisis de la droga en el Puerto, que ha provocado una de las ejecuciones a plena luz del día más trágicas de los últimos años en Cataluña, ha cogido al Puerto autónomo en plena configuración. El nuevo presidente es José Alberto Carbonell, mientras que su director general es Álex García. Ambos son considerados perfiles profesionales y de consenso, alejados de las cuitas políticas. 

Conocen el Puerto

Ayer mismo, la Autoridad Portuaria ahondó en esta senda de armar un equipo apolítico al designar a Quim Compte, un ingeniero, como nuevo director de Explotación. Es una de las últimas piezas en el nuevo organigrama de un equipo que deberá acometer obras de gran calado, como la reordenación de la zona sur del Puerto comercial. 

Frente a esa agenda puramente técnica, se ha alzado otra más inquietante: la entrada de droga al por mayor, puesta de relieve por el asesinato a sangre fría de un histórico estibador.

La ejecución coloca en la diana a los directivos de la APB más veteranos, pues se "conoce" la "tolerancia" con la minoría de portuarios que participan en actividades delictivas, insiste la policía. El equipo de Carbonell, pues, buscaba avanzar en una agenda stricto sensu inversionista, pero se ha topado sólo tomar posesión con el descontrol delictivo en la zona autónoma.