Barcelona copa una de cada tres operaciones policiales contra el yihadismo
- La combinación de factores sociales, económicos y geográficos ha creado un caldo de cultivo para consolidar la provincia barcelonesa en el foco de la lucha antiterrorista
- Otras historias: Un informe interno de los Mossos insiste en la autoprotección de los agentes ante la amenaza de Estado Islámico
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Barcelona encabeza, un año más, la lista de provincias donde se han llevado a cabo más operativos y más detenciones en el marco de la lucha antiyihadista. Según datos del Ministerio del Interior, desde el 1 de enero hasta el 29 de octubre, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han realizado un total de 37 operaciones en todo el país, 11 de ellas en la provincia de Barcelona. Lo que significa que esta región copa una de cada tres operaciones antiyihadistas.
Argentona, Cornellà de Llobregat, Badalona, Terrassa, Sant Pere de Ribes o Barcelona capital son algunas de las ciudades que, a lo largo de este año, han sido el escenario de uno o varios de estos dispositivos. También lo ha sido el centro penitenciario de Can Brians.
En total, 14 de los 57 presuntos terroristas detenidos este año han sido arrestados en la provincia barcelonesa, posicionándose, un año más, como uno de los principales focos de actuación contra el radicalismo yihadista.
¿Por qué?
Pero… ¿Por qué esta región lleva años liderando el ranking? ¿Qué tiene la provincia de Barcelona para ser el escondite del grueso de presuntos yihadistas detenidos en todo el Estado? Reputados expertos en radicalismo yihadista, como David Garriga o Jofre Montoto, coinciden en que los factores sociales y geográficos de esta provincia han sido claves para atraer y fomentar estos perfiles.
En primer lugar, la elevada concentración de población inmigrante, particularmente de origen musulmán proveniente de zonas en conflicto como Oriente Medio y el Magreb, contribuye a la complejidad del panorama.
Aunque la gran mayoría vive en paz y está manifiestamente en contra del radicalismo islámico, algunos factores de riesgo como "el aislamiento social, la percepción de falta de pertenencia (real o percibida) y la precariedad laboral, pueden convertir a algunos individuos vulnerables en potenciales blancos de la radicalización", subraya Garriga.
Asimismo, indica Montoto, es una zona donde pueden pasar desapercibidos y hay mucho movimiento. "El yihadismo se mueve entre musulmanes, por eso se dan más casos en zonas donde hay mayor población con esta ideología porque es ahí donde se va a captar nuevas víctimas y donde tienen más posibilidades de éxito", insiste.
Buena conectividad
En paralelo, Garriga y Montoto coinciden en que otro factor relevante es la infraestructura y conectividad de Barcelona, como nodo estratégico con excelentes conexiones a nivel nacional e internacional. De este modo, la buena conectividad de la provincia juega un papel estratégico.
El aeropuerto y el puerto marítimo facilitan el tránsito de personas y recursos. Se encuentra relativamente cerca de Marruecos y con línea directa, y a menos de dos horas, de Francia por vía terrestre. "Es un lugar con muy buenas comunicaciones y muy cosmopolita", manifiesta Montoto.
Las impresiones de los dos expertos están respaldadas por el criterio de la Europol, que es consciente de que Barcelona y su Área Metropolitana son un "punto estratégico" para las redes extremistas.
Presencia del salafismo
Otro aspecto que no se puede pasar por alta en esta ecuación es la presencia del salafismo, una corriente ultraconservadora del islam. Si bien no es sinónimo de terrorismo, esta vertiente ha ganado influencia en Cataluña en las últimas décadas.
De este modo, algunas vertientes salafistas más radicales representan un "terreno propicio para el extremismo violento". Según Garriga, el financiamiento extranjero a mezquitas y centros religiosos con esta orientación ha contribuido a su expansión, lo que ha hecho que las fuerzas de seguridad pongan especial vigilancia en estos entornos.
¿Desde cuándo?
Sin embargo, no se trata de una novedad. "Creo que la provincia de Barcelona lleva liderando el ranking de operativos desde principios del siglo XXI", advierte Montoto. De hecho, esta región se convirtió en refugio de muchas células terroristas tras los atentados de Madrid de 2004: "Aquí no sentían tanta presión policial como en Madrid", explica el experto.
En la misma línea, Garriga recuerda que años más tarde, con la Operación Chacal de 2006, se puso en evidencia la presencia de grupúsculos vinculados a redes de Al Qaeda, que utilizan mezquitas no registradas y centros culturales en Barcelona como lugares de adoctrinamiento de jóvenes vulnerables.
Desafío para los cuerpos policiales
La combinación de factores sociales, económicos y geográficos ha creado un caldo de cultivo que no solo atrae a redes de radicalización, sino que también las convierte en un desafío constante para las autoridades.
Es por ello, por lo que Mossos d'Esquadra, Policía Nacional y Guardia Civil continúan reforzando sus estrategias para identificar y desarticular estos grupos, poniendo especial atención en el ciberpatrullaje y en los entornos vulnerables.
De este modo, a lo largo de los últimos veinte años, los esfuerzos para frenar la expansión de estos grupos se han intensificado, pero el fenómeno sigue evolucionando mientras Barcelona se consolida como un foco de radicalización y, por ende, de la lucha antiterrorista.