Pseudoempresas de seguridad para vigilar las obras en Cataluña, ¿sí o no? Esa es la cuestión. Todos, en el gremio de la construcción, conocen esta práctica. Algunos la defienden, otros la repudian. No obstante, los datos hablan por sí solos: más del 66% de las obras de construcción en Cataluña recurren a servicios de seguridad privada sin licencia oficial. Y, por tanto, ya sea por miedo, por falta de recursos económicos o por eficiencia, más de la mitad del sector en esta región contrata los servicios de falsas empresas de seguridad privada.  

Popularmente, se conocen como "los de la rueda" o "la carretilla", por la imagen que cuelgan en los perímetros de las obras. Sin embargo, en la mayoría de casos se trata de distintos clanes familiares que se reparten, sobre el mapa, las construcciones que vigila cada uno.

En la práctica, hay clanes más legales que otros: por un lado, existen aquellos que, pese a operar sin la licencia que otorga la Unidad Central de Seguridad Privada, sí que tienen una empresa registrada en el Registro Mercantil y cuentan con un NIF. Otros, ni eso. 

No dar 'bola' a su juego

Desde el gremio de constructores llevan años pidiendo a las empresas del sector que "dejen de dar juego" a estas pseudoempresas y denuncien estas prácticas irregulares ante los Mossos d'Esquadra.

"Es gente que de manera más o menos sutil te extorsiona", lamenta el responsable de una pequeña constructora catalana. "Conocemos casos en los que, como represalia por ignorar sus servicios, los miembros de estas empresas han quemado material de elevadísimo valor", añade. 

Para este pequeño constructor catalán, el truco está en contratar una empresa real y con licencia justo antes de iniciar la obra. "Si ven que el recinto de la construcción ya cuenta con cámaras de seguridad, te pueden tantear, pero la amenaza y la coacción, por experiencia propia, terminan pronto. No les interesa que se sepa que son ellos quienes te roban para, luego, ofrecerte sus servicios de vigilancia", añade.

Imagen de un cartel que advierte sobre la presencia de una empresa sin licencia haciendo funciones de seguridad privada Crónica Global

Muchos acatan por miedo

En este sentido, un jefe de obra jubilado recuerda a Crónica Global cómo se le presentaron "los de la rueda" la primera vez que estuvo trabajando en una construcción en el Área Metropolitana de Barcelona. Corría el año 2008. Habían pasado pocos días desde que los obreros empezaron a trabajar, cuando lamentaron un primer robo.

Este jefe de obra apenas había tenido tiempo para denunciar los hechos, cuando un grupo de personas se personó en el recinto, ofreciendo sus servicios de seguridad"Me dijeron que podían recuperarme los objetos sustraídos, que sabían quiénes habían sido. A cambio, tenía que contratar sus servicios", recuerda. Y así fue. 

La vigilancia de la obra de pisos del Ayuntamiento de Barcelona vigilada por los Cortés Crónica Global

"Por aquel entonces lo acaté por miedo, entendí que los robos se iban a prolongar si no los contrataba. Sin embargo, fue una vez y no más", asegura el jefe de obra jubilado. Tuvo suerte, añade, pues él nunca recibió una amenaza directa. No obstante, conoce de otros compañeros que sí. "Y sigue pasando. Ahora es más disimulado, porque ya se han ganado esa fama, pero cuando llegan a una obra todos sabemos lo que puede ocurrir". 

Por eso, desde el gremio animan a todos los constructores del sector a denunciar estos hechos y barajar opciones legales: "Existen alternativas para todas las economías". 

¿Más resolutivos?

Sin embargo, no todos en el sector son contrarios a los servicios de estas pseudoempresas. También existe un grupo de constructores y jefes de obras que los prefieren: "Son mucho más eficientes y mucho más baratos que las clásicas empresas de seguridad", trasladan a preguntas de Crónica Global. Reconocen que no es la opción más ideal, pero "precisamente como muchos actúan al margen de la ley, son mucho más resolutivos", indican. 

"Las tarifas varían según lo novato que te vean", añaden las mismas fuentes. En este sentido, explican que existen varios servicios: por un lado, "la ronda", es decir, contratar a alguien para que se pasee por la obra por las noches, sin montar una garita de seguridad permanente. "Esta opción oscila entre los 500 y los 1.000 euros, pero el precio también dependerá del tamaño de la obra". 

Por otro lado, también existe la posibilidad de contratar un servicio completo: colocar a alguien para que controle el recinto in situ toda la noche. "Esta elección es más cara y tiene un precio de entre 2.000 y 4.000 euros, según lo novato y avispado que te vean", aseguran. 

Una práctica con el sello de Cataluña

Los inversores extranjeros, incluso los de fuera de Cataluña, no dan crédito. "Es algo que, principalmente, pasa en Cataluña. Una especie de ley no escrita", reconoce otra voz del sector. 

"Aunque hemos detectado esta práctica en otros puntos de España, en Cataluña la realidad es muy preocupante, pues dos de cada tres obras contratan a empresas ilegales", asegura Ignacio González, director de BauWatch España -una empresa pionera en la videovigilancia de proyectos de construcción mediante sistemas de inteligencia artificial-. 

Hace escasos 20 meses que la empresa BauWatch aterrizó en España, y su responsable en el país ya se ha visto obligada a redactar un informe para visibilizar y denunciar una práctica que, para él, y hasta ahora, "era tan solo una leyenda urbana". Una investigación que rompe con la omertá sobre la vigilancia de obras en Cataluña. 

Noticias relacionadas