Las finales se la 37ª Copa América de vela entre el Emirates Team New Zealand y el ganador de la Louis Vuitton Cup, el Ineos Britannia, han convertido el race village del Moll de la Fusta, ubicado en el Port Vell barcelonés, en uno de los mejores espacios para ver las regatas que coronarán al nuevo equipo defensor del trofeo.

Con sus cinco pantallas y un espacio de 25.000 m2 abierto a todos los públicos, el race village aglutina a numerosos aficionados. Ya sea en sillas, tumbonas o de pie, todos comparten allí su pasión por las regatas.

Los fans valoran positivamente la atmósfera del race village como uno de los puntos predilectos para presenciar el evento. “Es el mejor espacio para vivir las regatas. Hay buen ambiente, y es donde más gente se reúne para animar a sus equipos”, destaca Jacky, seguidora del Ineos Britannia.

Público variado

Entre los aficionados también se encuentran comunidades de expatriados, como la neozelandesa Valentina, que lleva siete años residiendo en Barcelona y valora favorablemente la actuación de la capital catalana. “Barcelona ha hecho un trabajo excelente. Además, el race village es muy bueno, está bien organizado, hay muchas opciones para comer y beber, y las pantallas para seguir la competición son de calidad”, dice.

La emoción y el espectáculo de la competiión, unidos al espectáculo vivido en la ceremonia de inauguración -Barcelona, far al món-, han contribuido a seducir a público de todo tipo, más allá de los apasionados de la vela. “Vengo cada fin de semana y mucha gente viene a animar, aunque no sepa sobre vela”, explica Valentina.

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Muchos aficionados prevén seguir de cerca la gran final, ya sea desde el propio race village o desde las fan zones de la plaza del Mar y la playa del Bogatell.

Situado en el Moll de la Fusta del Port Vell, el race village brinda una experiencia que adentra a los seguidores en la competición y, a la vez, da a conocer la cultura de Barcelona. Para hacerlo posible, varios sponsors del evento tienen sus stands, donde se puede disfrutar de diferentes actividades. Algunas de ellas incluyen la posibilidad de probar los simuladores AC40, conducir un barco de hidrógeno gracias a la realidad virtual o pedalear para recrear el esfuerzo de los cyclors para generar energía.

Asimismo, los aficionados de varios países también disfrutan la esencia de Barcelona a partir de una gran oferta gastronómica, con ocho propuestas diferentes durante la semana y hasta 12 proveedores distintos, que disponen de una amplia selección de platos locales, regionales, nacionales e internacionales durante el fin de semana.

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