Un interno del centro penitenciario de Puig de les Basses (Girona) se ha suicidado este jueves de madrugada en una celda de aislamiento. Según fuentes de la Generalitat, los médicos han tratado de reanimar al preso, que no estaba en el programa de prevención de suicidios, pero no ha sido posible devolverlo a la vida.

El hombre estaba en aislamiento provisional por haber presentado resistencia violenta en su módulo, después de que le detectasen y requisasen objetos prohibidos en un cacheo rutinario. El suceso llega pocas semanas después de otro suicidio, en este caso en la prisión de Lledoners. Con estas dos, ascienden a 11 las personas que se han quitado la vida en las cárceles catalanas en 2024.

Reunión de urgencia

Una vez conocida dicha muerte, y ante el considerable número de autólisis, el Departamento de Justicia y Calidad Democrática convocó una reunión de urgencia para revisar y abordar los protocolos antisuicidio de las cárceles catalanas. El departamento liderado por Ramon Espadaler insiste en que el objetivo es preparar un plan de choque con Salud para "incidir firmemente" en la situación actual y "ser más efectivos en la detección y prevención de estas conductas".

Una de las medidas que se estudian para prevenir los suicidios es reforzar el seguimiento de los reclusos con trastornos mentales o con antecedentes de autolesión. Y es que, según un informe encargado por el Departamento de Justicia que se dio a conocer la semana pasada, un tercio de los presos que se han suicidado en Cataluña lo habían intentado recientemente y un 80% estuvo en aislamiento el último semestre de vida.

Delitos de sangre

Por otra parte, la Generalitat también ya anunció que los presos involucrados en delitos violentos o de sangre, como asesinatos o lesiones graves con arma blanca, no podrán trabajar en las cocinas de las cárceles de Cataluña, ni tampoco podrán asistir a talleres donde se tengan que manejar instrumentos peligrosos o punzantes.

Esta decisión la ha tomado Espadaler para evitar que se produzcan otros sucesos como el asesinato de la cocinera Núria, de la prisión de Mas d'Enric (Tarragona), a manos de un preso el pasado marzo.

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