Si quieres ver auroras boreales, ya no hace falta que vayas a Islandia, en concreto a los dos mejores sitios desde donde se pueden vislumbrar: la laguna glaciar de Jökulsárlón y la montaña Kirkjufell.
Estás de suerte porque este fin de semana, en Tarragona, podrás observar uno de los mayores fenómenos de la naturaleza. ¿A qué es debido esto? Al pico de actividad solar, que promete una intensa demostración de energía que podría ser visible desde varios puntos de la provincia.
El Observatorio de Dinámica Solar de la NASA ha anunciado, recientemente, que el Sol ha entrado en un ciclo de alta actividad, expulsando algunas de las llamaradas solares más potentes desde que se tienen registros. En concreto, se ha detectado una erupción solar de magnitud X9, una de las más intensas de los últimos tiempos, y se espera que impacte sobre la atmósfera terrestre en los próximos días. Este hecho, genera una gran cantidad de partículas cargadas que, al interactuar con el campo magnético terrestre, produce el colorido fenómeno de las auroras boreales.
¿Dónde ver las auroras boreales?
Durante este fin de semana, 11, 12 y 13 de octubre, el choque de estas partículas podrían provocar la aparición de auroras boreales en latitudes más bajas de lo habitual. En la provincia de Tarragona, gracias a la claridad de sus cielos y a las favorables condiciones meteorológicas que se esperan, es un lugar privilegiado para poder disfrutar de este fenómeno.
Se podrá ver en zonas alejadas de la contaminación lumínica, como algunos puntos de la Serra de Montsant, el Parque Natural de Els Ports o el Parque Astronómico de Prades, donde los cielos suelen ser lo suficientemente oscuros y elevados.
¿Cómo se producen las auroras boreales?
Las auroras boreales se producen cuando el Sol lanza grandes cantidades de partículas cargadas durante una erupción solar. Estas partículas viajan a través del espacio y, al llegar a la Tierra, interactúan con el campo magnético que rodea nuestro planeta. Este campo actúa como un escudo protector, pero algunas partículas logran entrar por las áreas cercanas a los polos, donde el campo es más débil. Al ingresar en la atmósfera, estas partículas chocan con los átomos y moléculas del aire, creando una brillante emisión de luz que se manifiesta en los distintos colores verdes, rojos y violetas de las auroras boreales.
Este mágico fenómeno ocurre, principalmente, en las regiones polares debido a la forma en que el campo magnético terrestre canaliza las partículas hacia estas zonas. Sin embargo, durante períodos de alta actividad solar, las auroras boreales pueden ser visibles en latitudes más bajas. Los colores que se observan dependen del tipo de gas con el que colisionan las partículas solares: el oxígeno produce, generalmente, tonos verdes y rojos, mientras que el nitrógeno crea destellos azules y violetas.