Los presos involucrados en delitos violentos o de sangre, como asesinatos o lesiones graves con arma blanca, no podrán trabajar en las cocinas de las cárceles de Cataluña, ni tampoco podrán asistir a talleres donde se tengan que manejar instrumentos peligrosos o punzantes. 

Tal y como publicó Crónica Global, la conselleria de Justicia, liderada por Ramon Espadaler, lleva semanas trabajando en un proceso de revisión exhaustivo de todos los sistemas y criterios que regían, hasta ahora, la asignación de tareas de los distintos reclusos. El objetivo no es otro que el de reforzar y extremar las medidas de seguridad para reducir riesgos y, así, evitar otra tragedia como la muerte de la cocinera de la cárcel de Mas d'Enric (Tarragona) a manos de un interno.

Evitar una nueva tragedia

Así pues, tras semanas de trabajo, el Departamento concluye que, tras revisar las circulares que regulan el acceso de los reclusos a puestos de trabajo en los recintos penitenciarios, se veta el acceso a las cocinas de los presos con delitos de sangre: tanto penados como preventivos.

En declaraciones a EFE, el conseller Espadaler ha explicado que el acceso de los internos a trabajos que impliquen manejo de instrumentos peligrosos estaba en revisión desde el pasado de mes de marzo, cuando precisamente sucedió el crimen de Núria, la cocinera. Esta tragedia puso en pie de guerra a los funcionarios de prisiones, que mantuvieron en vilo a la consellería, en vísperas de las últimas elecciones catalanas del 12M.

Los trabajadores de las cárceles catalanas organizaron durante varias jornadas multitud de protestas a las puertas de los centros penitenciarios y también en la plaza Sant Jaume, a los pies del edificio de la Generalitat, pidiendo la dimisión de la exconsellera Gemma Ubasart, así como de Amand Calderó, el exsecretario de servicios penitenciarios. 

Nuevo protocolo

Poco después de que Espadaler jurara el cargo, situó a Elena Pérez a frente de la secretaría general de Medidas Penales -en sustitución de Amand Calderó- y ha impulsado un nuevo protocolo de seguridad, que entra en vigor este mismo lunes. El objetivo, indican fuentes del departamento, es buscar un "equilibrio" entre la seguridad de los recintos y el objetivo de reinserción de los presos.

"Se trata de equilibrar dos cuestiones que son de igual importancia, la seguridad en el trabajo por parte de los servidores públicos y los derechos de los internos, y preservar una cosa que es sustantiva, que es la convivencia en los centros", ha explicado el conseller.

Para Espadaler, se trata de una medida "de sentido común", porque "resulta difícil entender que alguien que tiene delitos violentos, a veces con armas blancas, con resultado de muerte o lesiones graves, pueda trabajar con determinadas herramientas, como cuchillos".

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