La vivienda está muy cara. Hasta aquí no hay noticia alguna. La novedad está en que cada tanto aparece alguna ganga, un piso, una casa, una finca que despierta el interés del sector inmobiliario. Ahora, ha aparecido uno de estos chollos en uno de los pueblos más bonitos de Cataluña.
Es difícil quedarse sólo con una localidad de esta comunidad autónoma. Sea por su arquitectura, historia o paisaje, siempre hay algo que hace destacar a un municipio catalán.
Un lugar donde vivir
A pesar de que las últimas noticias salidas de allí ponen los pelos de punta, la realidad es otro. Ripoll es un pueblo de una cultura y de una belleza que sorprende a sus visitantes. Y es que la capital del Ripollès, situada a orillas del río Ter, destaca por su rica historia, su arquitectura medieval y su vibrante vida cultural. Y ahora, además, una oportunidad inmobiliaria como pocas.
Se trata de una casa pareada de cinco plantas, construida en 1994 y situada en la zona centro de la ciudad, ideal para quienes desean vivir cerca de todos los servicios y disfrutar del encanto de esta histórica localidad catalana conocida como la Cuna de Cataluña.
Una gran casa a buen precio
La vivienda cuenta con 159 metros cuadrados construidos, de los cuales 145 m² son útiles. Las plantas baja y primera ya han sido reformadas y adaptadas como despachos, mientras que el resto de la casa se encuentra en estado para reformar, ofreciendo múltiples posibilidades para personalizar y adaptar los espacios según las necesidades y gustos del comprador.
Aunque actualmente no dispone de habitaciones ni baños y carece de calefacción, esta propiedad es perfecta para aquellos que buscan invertir en un inmueble con mucho potencial en una ubicación inmejorable dentro de Ripoll y a un precio más que tentador. Tal y como muestran los portales inmobiliarios, esta casa está a la venta por 80.000 euros.
Mucho más que una oferta
Si esto no fuera poco, la casa está en uno de los mejores pueblos del Pirineo. Ripoll logra combinar la majestuosidad de sus monumentos históricos con una variada oferta de actividades de ocio y naturaleza. Y eso sin contar con su gastronomía.
Una de las joyas del municipio es el Monasterio de Santa María, una obra maestra del románico catalán que se erige como uno de los monumentos más emblemáticos de la región. Este monasterio benedictino, fundado en el siglo IX, alberga joyas artísticas y arquitectónicas, incluyendo una impresionante portada esculpida que relata pasajes bíblicos. Además, el Centre d’Interpretació del Monestir ofrece una mirada en profundidad sobre la historia y la influencia cultural de este icónico lugar. Junto al monasterio, el Museo Etnográfico de Ripoll complementa la visita, mostrando la rica tradición y vida cotidiana de la comarca a lo largo de los siglos.
Qué tiene Ripoll
Pero no todo se queda en la Iglesia. Sus plazas y calles rebosan historia. La Plaza de Sant Eudald, una de las más antiguas de la ciudad, se caracteriza por la silueta en el suelo de la iglesia que alguna vez se levantó en su centro. No ha quedado nada más que su trazado en la calle.
Muy cerca, la Plaza Nova ofrece un vistazo a la vida comercial de antaño, ya que en tiempos pasados fue una plaza porticada llena de hostales que servían de refugio para mercaderes y comerciantes atraídos por la próspera industria del hierro y la lana de Ripoll.
Otro punto de interés es la Casa Alòs, también conocida como Casa del Marqués de Dou, una muestra del patrimonio modernista de la ciudad que añade un toque de elegancia y color a las calles de Ripoll. También se pueden encontrar restos de la muralla del siglo XVII que alguna vez protegió la villa, y que en su base esconde los vestigios de una muralla aún más antigua, testigo mudo de las múltiples capas históricas que definen la localidad.
Por último destacar dos de sus calles más emblemáticas. El Carrer Perdut, marcado por la tragedia de la peste en 1651, fue sellado y aislado como medida preventiva, creando una atmósfera misteriosa que perdura hasta hoy. Por su parte, el Carrer de les Vinyes, conocido antiguamente como la calle del Regueró, recuerda las tradiciones textiles de la región, pues era aquí donde se lavaba la lana que se utilizaba para confeccionar los famosos paños de Ripoll.
Qué hacer
No todo se queda en el pueblo. Más allá de su patrimonio histórico, Ripoll está rodeada por los Pirineos. Desde allí parten diferentes rutas de senderismo, BTT y otras actividades al aire libre. Una de las más populares es la Ruta dels 7 Gorgs, una caminata que lleva a los visitantes a través de cascadas, piscinas naturales y bosques, permitiendo disfrutar de la belleza natural de la región.
Y, como buen pueblo catalán, la gastronomía local también es un gran atractivo, especialmente los embutidos típicos que se pueden degustar en los restaurantes y tiendas del municipio. Por tanto, si alguien aprovecha esa oferta inmobiliaria, puede contar que con el precio también va incluido todos estos lujos del pueblo.
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