Visitar las calas más escondidas de la Costa Brava es una de las experiencias más enriquecedoras que uno puede vivir en Cataluña. Muchas de estas pequeñas joyas ocultas requieren un esfuerzo extra para alcanzarlas, ya sea a través de caminatas por senderos estrechos, descensos empinados por acantilados o incluso navegando.
Esta dificultad, sin embargo, hace que el hallazgo de una cala sea aún más especial. La sensación de privacidad y calma es única. Nadar en sus aguas cristalinas, practicar snorkel para descubrir la fauna marina que habita en los fondos o simplemente escuchar el susurro de las olas es una experiencia relajante.
Esta es la joya única de la Costa Brava
En este caso estamos hablando de la Cala S’Alguer, que se encuentra en el municipio de Palamós, dentro de la comarca del Baix Empordà. Este lugar, declarado Bien Cultural de Interés Nacional en 1972 por la Generalitat, es un rincón pintoresco y tradicional que captura la esencia de la vida marinera.
Ubicada en un entorno de antiguos pescadores, la cala se sitúa entre la Fosca y la Playa de Castell, muy cerca del castillo de Sant Esteve de Mar. En la orilla, se pueden ver las pequeñas barcas y las barracas, construcciones rústicas que en su día servían para almacenar las embarcaciones y los utensilios de pesca. Estas edificaciones mantienen su encanto original y son testimonio de una forma de vida ligada al mar desde tiempos inmemoriales.
Las barracas, construidas con paredes de piedra y cubiertas de cerámica al estilo catalán con tres hiladas de ladrillo, cuentan con terrazas y rampas naturales que permiten varar las embarcaciones. Representan un ejemplo destacado de la arquitectura popular, perfectamente integrada en el entorno.
Así es la Cala S’Alguer
Cala S’Alguer tiene unas dimensiones reducidas, con 30 metros de largo y 4 de ancho. Para llegar a este lugar es necesario recorrer un camino que presenta algunas subidas y bajadas, con escalones, pero el trayecto vale la pena, pues ofrece vistas espectaculares y una belleza natural inigualable. Es importante recordar que algunas de las casitas de pescadores aún están habitadas, por lo que se debe respetar la privacidad de sus residentes durante la visita.
El entorno de la cala es simplemente inmejorable. Desde la distancia se puede divisar Mas Juny, una antigua finca restaurada en 1931 por el pintor Josep María Sert. Esta casa, que fue un punto de encuentro para intelectuales de la época, también ha sido declarada Bien de Interés Cultural.
Cómo llegar a la cala
El acceso a Cala S’Alguer se puede realizar a través de un sendero que parte junto al Camping King's o desde Palamós, siguiendo el conocido Camí de Ronda. A la derecha de la cala se encuentra un frondoso bosque de pinos, la Pineda d’en Gori, que añade un toque verde al paisaje marino.