No cabe duda de que la Costa Brava es una de las perlas de todo el mar Mediterráneo. Un destino turístico atractivo por sus playas turquesas, su litoral escarpado y sus encantadores pueblos pesqueros. Sin embargo, ser uno de los lugares favoritos de veraneo para nacionales y extranjeros puede acarrear algunas consecuencias negativas para el medioambiente y el ecosistema marítimo. 

De hecho, un año más, ecologistas y Mossos d'Esquadra advierten de la sobresaturación de la costa gerundense. Las embarcaciones colapsan el litoral y con ello aumentan las infracciones en el mar. De este modo, para evitar que la Costa Brava se convierta en un espacio sin ley, los agentes de la Unidad Marítima con base en Palamós (Girona) se esfuerzan en perseguir a todos aquellos que no respetan las normas de convivencia y seguridad en el entorno marítimo. 

1.500 embarcaciones diarias 

Según cifras facilitadas por la Generalitat, entre 2000 y 2023 se matricularon o inscribieron en Girona 13.572 embarcaciones y, en la actualidad, de las 130 empresas de alquiler de barcos y motos acuáticas en funcionamiento que hay en el litoral catalán, 72 lo están en el gerundense.

El cálculo apunta a que más de 1.500 barcas navegan por estas aguas a diario, con el perjuicio que conlleva para flora, fauna y el propio medio.

Cala en la Costa Brava

Seis sanciones en tres horas 

Según datos policiales, los Mossos d'Esquadra acumulan ya una cuarentena de denuncias por diversas infracciones este verano e incluso llegaron a imponer seis sanciones en solo tres horas.

De esas seis embarcaciones, tanto de propiedad como de alquiler, tres se encontraban en Cala Senià (Palamós) varios metros dentro de la zona delimitada de baño, dos más en Cap de Planes entre Mont-ras y Palamós, y la última fondeaba en la playa Fonda, en Begur.

Los patrones alegan todo tipo de excusas

Para sorpresa de los agentes, cuando se aproximaron a dichas embarcaciones para comunicar a los patrones que iban a ser denunciados, los afectados respondieron con todo tipo de excusas. Por ejemplo: que otras barcas estaban en el lugar, que no se habían dado cuenta o que "desconocían la normativa".

Del mismo modo, los agentes también denunciaron, cerca de una zona vedada de pesca de Ses Negres, en Begur, a un hombre en una moto acuática que circulaba a menos de 50 metros en paralelo a la costa, algo que la normativa prohíbe, y tampoco llevaba el reglamentario chaleco salvavidas.

Un recurso de la Unidad Marítima de los Mossos d'Esquadra Cedida / CME

"Hay mucha gente que no sabe nada del mar"

Por casos como estos, tanto policías como ecologistas piden una mayor y mejor regulación para evitar más daños sobre los frágiles ecosistemas litorales, sobre todo de posidonia.

A los Mossos, les preocupan especialmente las empresas de alquiler de barcos que no solicitan ninguna titulación y ofrecen embarcaciones de hasta 15 caballos de vapor (CV) y 4,5 metros de eslora, que pueden transportar a media docena de personas. También las que alquilan motos acuáticas, porque son las que pueden provocar más incidentes.

"Hay mucha gente que no sabe nada del mar", afirman los agentes consultados por EFE, que alertan del peligro. La casuística es variada y va desde los tripulantes que se ponen todos a un lado de la barca a hacerse una 'selfi' y vuelcan, a los que se les para el motor y no saben ponerlo de nuevo en marcha.

Las denuncias llegan a Capitanía Marítima 

Las denuncias se hacen llegar a Capitanía Marítima de Palamós, que determina la cuantía de la sanción en función de si considera la infracción leve, grave o muy grave.

Los agentes aportan las pruebas, el posicionamiento exacto de la embarcación, la foto y una descripción de la infracción que incluye si ha provocado riesgo en bañistas o algún otro tipo de agravante.





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