El Hospital Germans Trias i Pujol (Badalona), popularmente conocido como Can Ruti, ha conseguido controlar de forma remota los temblores de más de 60 pacientes con Parkinson desde 2022, a través de un dispositivo conectado a internet. A lo largo de este año, prevén aumentar la cifra a más de 80.
Hasta hace dos años, la forma de llevar a cabo el monitoreo y de regular los temblores era a través de Bluetooth. Los pacientes tenían que acudir a consulta para que, de forma presencial, se conectasen a una máquina, para poder ajustar diferentes parámetros. La limitación de alcance de diez metros de esta tecnología, para comunicar dispositivos, se ha roto gracias a la técnica que se utiliza actualmente, y que es pionera en España, ya que este hospital ha sido el primero en implantar el uso de este sistema.
"NeuroSphere"
El hospital ha podido llevar a cabo este hito gracias a NeuroSphere, una tecnología que utiliza internet. De esta manera, el personal médico y los pacientes se conectan a través de la red, donde se ajusta la frecuencia de las corrientes eléctricas que limitan los temblores del Parkinson. La conexión se lleva a cabo con unos electrodos implantados en el cerebro de los pacientes, por parte del Servicio de Neurocirugía, en el mismo hospital.
También, se puede llevar a cabo la visualización del estado de la enfermedad. Todo ello confecciona un escenario en el que el paciente no se ha de desplazar, y se puede brindar una asistencia inmediata, además de un control mucho más exhaustivo de los registros.
Un nuevo paradigma
Por primera vez se pueden monitorizar a pacientes de Parkinson que están fuera de España, sin que estos se tengan que desplazar. No obstante, a pesar de las bondades de la red, hay que tener en cuenta el factor de la seguridad cibernética.
Complemento
Las visitas telemáticas no sustituyen a las consultas presenciales. Estas son un complemento que mejora la efectividad y el seguimiento de los tratamientos. También permiten actuaciones más rápidas en el caso de que se den imprevistos.
Los pacientes también ganan autonomía, ya que las visitas virtuales se pueden llevar a cabo sin que estas tengan que ir acompañadas de familiares o personas cuidadoras, además de que se ahorra el propio desplazamiento.