Mossos d'Esquadra han detenido a un bombero voluntario de Girona al que acusan de ser el autor del terrible incendio que arrasó 573 hectáreas en Portbou, en agosto de 2023. La investigación sobre el fuego ha durado meses y la conclusión ha creado estupor en el Alt Empordà, ya que el arrestado trabajó durante años como voluntario en los cuerpos forestales de la zona.
La policía catalana ha tenido acceso a una cámara de seguridad que ubica al detenido cerca del lugar donde se iniciaron las llamas poco antes de que se detectara el fuego.
Trabajaba en el parque de La Jonquera
El hombre detenido empezó a colaborar con los equipos de bomberos voluntarios en octubre de 2019. En un primer momento, en la misma localidad de Portbou, pero no se quedó demasiado tiempo en ese cuerpo.
Pidió que se le trasladara hasta el parque de bomberos de La Jonquera, el que da servicio en el último municipio de Cataluña. Cabe recordar que estas instalaciones sólo trabajan con personal voluntario desde principios de 2023, a pesar de cubrir una zona con mucha actividad de tránsito rodado, la frontera.
Libertad con cargos
El bombero detenido estaba en La Jonquera cuando tuvo lugar el arresto, el pasado lunes. La actuación de Mossos d'Esquadra no se ha comunicado hasta 48 horas después, el tiempo que se ha necesitado para que pudiera declarar ante el juez y se decretara la libertad con cargos. Se le atribuye un delito de incendio forestal en una causa que sigue abierta para poder practicar más diligencias, tal y como ha confiramdo el TSJC.
La Consejería de Interior ha comunicado que activa los trámites necesarios para apartar al acusado de la actividad de los bomberos voluntarios mientras evoluciona el caso en los tribunales. Su continuidad final en el cuerpo dependerá del fallo final, que puede tardar más de un año en llegar. Por ahora, hace frente a una suspensión cautelar de sus funciones.
El incendio de 2023
El incendio forestal de agosto de 2023 en el parque natural que discurre entre Portbou y Colera fue uno de los más espectaculares que se han vivido en la zona en los últimos años. El fuego arrasó 573 hectáreas, propició 135 desalojos y se tuvieron que confinar a los vecinos de las localidades de Llançà, Colera, donde las llamas se acercaron al núcleo urbano, y Portbou, todas ellas situadas en el extremo del Alt Empordà.
El inspector jefe de Agents Rurals, Antoni Mur, ya confirmó en su momento que se trataba de una acción intencionada. Desde el primer momento se apuntó en que la actividad humana era el origen del fuego y los agentes catalanes que asumieron el caso buscaron durante meses quién había accedido al parque natural cuando se desataron las llamas. La cámara de seguridad ha sido clave en la resolución de la primera investigación.
La quema también provocó que más de 4.000 vecinos se quedaran sin electricidad y la circulación de los trenes en un nudo clave de la comunicación ferroviaria en el enlace entre Cataluña y Francia.