Nuevo giro en el juicio más mediático del verano. Una extrabajadora del hogar de la familia Mainat ha asegurado ante la sección 20 de la Audiencia de Barcelona que Angela Dobrowolski le confesó la mañana después de que el productor casi muere, que le había inyectado insulina a su marido "para salvarle la vida".
El fiscal, boquiabierto ante el relato de la testigo, ha querido insistir en este aspecto. Cabe recordar que el intento de asesinato que se le imputa a la exesposa de Mainat se basa en que le administró una sobredosis de esta medicina a sabiendas de que acabaría con su vida.
Pero la extrabajadora de la familia ha insistido en su relato. En reiteradas ocasiones, la mujer ha verbalizado que recordaba "perfectamente" como la acusada, primero, les dijo que le había administrado insulina para luego cambiar la versión. Dobrowolski rectificó su primera declaración y les explicó que había administrado a su entonces marido "un medicamento para adelgazar".
Angela insistía en que "le había salvado la vida"
El testimonio de esta exempleada ha sobresaltado, incluso, a la magistrada presidente de la sala. La juez también ha querido repreguntar en una cuestión que apunta que será clave en la resolución del caso.
El relato de la exempleada, que ha declarado en calidad de testigo, no ha cambiado en ningún momento. Ha detallado que Dobrowolski estaba "muy nerviosa" la mañana siguiente de que el personal de Emergencias hubiera salvado la vida de Mainat in extremis y que insistía ante todos los que se personaron en la casa que ella "le había salvado la vida".
Reconocimiento de los hechos
La abogada de la acusación, la prestigiosa penalista Olga Tubau, ha recordado en su intervención que esta misma testigo ya aseguró en fase de instrucción que Dobrowolski había admitido que le suministró insulina a su marido. Es decir, que habría reconocido los hechos.
La testigo ha manifestado que en la mañana del 23 de junio de 2020, su entonces jefa le prohibió acceder a la habitación de matrimonio para realizar sus tareas de limpieza habituales. Fue la propia acusada quien ordenó y lanzó la basura de la noche anterior, algo poco habitual.
"Ella me ha intentado matar"
No ha sido la única testigo clave para reconstruir qué ocurrió el 22 de junio de 2020 en la casa de los Mainat. Otra exempleada del servicio doméstico ha confirmado que, la noche de autos, sobre las 4.40 de la madrugada, Dobrowolski la llamó muy nerviosa.
Le alertó de que Mainat había sufrido un grave bajón de azúcar y le pidió que se desplazara de forma inmediata hasta la mansión donde vivían, situada en la zona más pija del barrio de Horta de Barcelona, para hacerse cargo de los niños. Le explicó que el productor iba a ser trasladado al hospital y que ella le iba a acompañar.
La entonces trabajadora llegó a la casa de los Mainat 10 minutos después de que recibiera la llamada. El fundador de la Trinca estaba entonces en la ambulancia. Fue entonces, ante Dobrowolski, cuando el productor señaló a su exmujer y aseguró que "ella [Angela] le había intentado matar".
Dobrowolski insiste en que salvó a Mainat
La mujer ha recordado que la acusada se puso entonces muy nerviosa y espetó a su exmarido: "Eso eran tonterías". Insistió, de nuevo, en que ella "había intentado salvarle la vida".
Durante aquella noche, cuando Mainat ya estaba en el hospital y antes de que Dobrowolski se marchara de casa para ir a verle, la acusada le dijo que le había administrado cuatro inyecciones. La exempleada de la familia ha lamentado no recordar las sustancias que la propia acusada le afirmó que le había pinchado. "Yo estaba muy nerviosa, solo podía pensar en cómo estaría el señor Josep María", ha reconocido.
Dobrowolski dijo que en la casa no había azúcar
En la misma línea, la doctora del SEM que atendió a Mainat la madrugada del 23 de junio de 2020, ha afirmado ante el tribunal que el productor les confesó que "la acusada le había inyectado algo". Sin embargo, en aquel momento no creyeron que la mujer le hubiese administrado insulina.
En paralelo, la facultativa ha recordado que la acusada se encontraba en un estado de nerviosismo "anormal" y "excesivo", asegurándoles a los sanitarios que en aquella casa no había nada de azúcar "porque él era diabético". La doctora, extrañada, preguntó entonces a los niños, a los hijos menores de la pareja, que les indicaron que, efectivamente, en la casa había Coca-colas, helados y azúcar.
Del mismo modo, las dos empleadas han afirmado que en la casa siempre había algo dulce. "Para los niños y para prevenir los posibles bajones del señor Mainat", han expresado.
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