El juicio contra Angela Dobrowolski, acusada de intentar matar a Josep Maria Mainat con una dosis extra de insulina, ha arrancado este lunes con la declaración del productor catalán: uno de los relatos clave de este procedimiento, por el que la acusada se enfrenta a hasta 16 años de prisión. 

A pesar de los nervios, el productor catalán ha entrado en la sala de la sección 20 de la Audiencia de Barcelona con paso firme. Ya en el interior de la pequeña sala de vistas, el hombre ha buscado la mirada de su exmujer y, a continuación, se ha sentado de espaldas a ella. A pesar de que las cámaras no han podido captar si Dobrowolski le devolvía la mirada, por milésimas de segundo, Mainat ha buscado una reacción en ella. A continuación, la magistrada presidente ha anunciado el inicio de la prueba testifical. 

Angela se coló en el correo de Mainat

El conocido productor televisivo ha iniciado su relato respondiendo a las presuntas del ministerio fiscal. Durante la primera parte de su intervención, el testigo ha recordado lo complicada que fue la convivencia entre ambos durante los meses previos a la presunta tentativa de asesinato.

De hecho, a pesar de seguir casados, las constantes discusiones entre ambos motivaron que, desde enero de 2020, la pareja decidiera hacer vidas por separado. La situación, sin embargo, se complicó cuando la acusada accedió sin permiso al correo de su marido y descubrió que éste estaba a punto de iniciar los trámites de divorcio. 

El productor televisivo Josep Maria Mainat (1d) y su abogada Olga Tubau, llegan a un juicio en la Sección 20 de la Audiencia de Barcelona Kike Rincón Europa Press Barcelona

Semanas antes de la noche de autos, a mediados de mayo de 2020, Dobrowolski se reenvió a su correo personal varios mensajes con conversaciones privadas entre Mainat y sus abogados. En dichos correos se adjuntaban los documentos que especificaban los detalles de la demanda de divorcio, pudiendo descubrir que ella sería una heredera más del testamento de Mainat "siempre y cuando estuvieran casados y sin haber haberse iniciado ningún procedimiento de divorcio". En caso contrario, ella quedaba excluida del testamento.

Su intención era dejarla al margen de la custodia

Mainat ha confesado que descubrió la intromisión de su exmujer porque pudo constatar que los mensajes aparecían como reenviados a su correo personal, el cual llevaba el nombre y apellidos de la acusada. Sin embargo, no fue hasta la tarde del día de autos, la del 22 de junio de 2020, que él le verbalizó sus intenciones reales de divorciarse. "Angela, que había consumido cocaína, se puso como una fiera. Nunca antes la había visto tan alterada", ha explicado. Aquella tarde, Mainat le confesó que iniciaría los trámites justo al día siguiente. 

En este sentido, el exmiembro de la Trinca ha confesado que su mujer tenía problemas con el consumo de cocaína y metanfetaminas y que su intención era dejarla al margen de la patria potestad. "No vivía en un entorno adecuado para hacerse cargo de nuestros hijos menores", ha manifestado. 

La exmujer de Josep Maria Mainat, Angela Dobrowolski, en el banquillo de los acusados Kike Rincón Europa Press Barcelona

En total fueron cuatro inyecciones

Volviendo al relato de los hechos, tras una fuerte discusión, Mainat ha explicado que la acusada se calmó y se ofreció a inyectarle unas vitaminas antes de ir a dormir. En total, fueron dos inyecciones: una de vitamina B y otra de testosterona, un tratamiento que Mainat seguía una vez al mes. "Algo inusual porque era yo quien, normalmente, le tenía que insistir para que me pinchara", ha añadido. 

Tras ello, el productor ha manifestado que se fue a dormir con sus dos hijos menores, pensando que Angela haría lo propio en otra estancia de la casa familiar. Lo siguiente que recuerda ya es a su esposa entrando en la habitación de matrimonio, sobre las 2.00 de la madrugada, ofreciéndose para inyectarle otras dos dosis. Esta vez, y según le dijo entonces, una era la hormona del crecimiento y la otra Saxenda, un medicamento para adelgazar.

"Señor Mainat, despierte, está usted en coma"

Sorprendido, pero todavía muy dormido, Mainat le dijo que ya no seguía ese tratamiento. Ella, sin embargo, insistió. Él, finalmente, accedió "con el único fin de no generar otra discusión y seguir durmiendo", ha reconocido. Asimismo, recuerda que su ya mujer tenía las dosis preparadas en una especie de "lápices" donde se insertan las sustancias que se quieren inyectar. "El formato me era familiar, pero yo no tenía manera de saber si aquello era insulina o lo que ella me dijo que era", ha aseverado. 

Angela Dobrowolski Kike Rincón / Europa Press

Acto seguido ya recuerda al facultativo del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) gritándole mientras le decía:"¡Señor Mainat, despierte, despierte, está usted en coma!". El productor despertó y semiinconsciente pudo percatarse de la escena. "Recuerdo que los sanitarios estaban pidiéndole a Angela dónde podían encontrar azúcar en la casa. Ella no reaccionaba". 

Finalmente, fue el propio Mainat quien le indicó a sus hijos menores dónde estaban tanto las Coca-colas como los helados para poder proporcionarle algo de azúcar y recuperarse de la "severa hipoglucemia" que acababa de padecer. 

"Ella ha intentado matarme"

Mainat ha explicado que, mientras le prestaban una primera asistencia, él pidió a la empleada del hogar que se quedara en el domicilio con los niños y le manifestó: "Ella me ha intentado matar", al relacionar el episodio de las inyecciones con la hipoglucemia que acababa de sufrir. Y es que, según ha explicado, Angela era perfectamente conocedora de que su diabetes no se trataba con insulina.

En este sentido, Mainat ha explicado que, según consultó con su endocrino, la bajada tan extrema que padeció "solo la puede producir una dosis extra de insulina". 

Olga Tubau, abogada de Josep Maria Mainat Kike Rincón / Europa Press

Angela le controló el azúcar con el glucómetro 

A continuación, y ya a preguntas de su abogada, la letrada Olga Tubau, Mainat ha asegurado que "ni antes ni después" ha sufrido hipoglucemias graves, como la que casi le provoca la muerte. De hecho, ha reconocido que siempre ha sido capaz de controlar las bajadas de azúcar sentándose unos minutos y tomando unos terrones de azúcar o un refresco. 

Además, en el glucómetro que él siempre usaba para medirse el azúcar descubrió después de estos hechos que su mujer le había hecho varias mediciones mientras estaba en coma. 

"Si la condenan, no habré ganado"

Antes de finalizar su relato, Mainat ha manifestado que, a diferencia de lo que muchos creen, "si condenan a Angela, yo no pensaré que he ganado. Pensaré que he perdido". Es más, el productor ha confesado que "quiere pensar" que ella se arrepintió de lo que acababa de hacer y "quiso remediarlo" llamando finalmente al servicio de emergencias.

"Si la condenan será uno de los peores días de mi vida", ha lamentado, ya que se constatará que quien era su mujer, efectivamente, intentó matarlo. 

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