Las luces del alba se abren paso sobre el cielo de Lloret de Mar (Girona). A medida que la claridad se extiende, el neón que ha reinado durante toda la noche se va apagando poco a poco. Mientras, los jóvenes que han aguantado hasta el fin de fiesta van saliendo de los locales donde han pasado la velada.
En medio de este despertar colectivo, la Policía Local de Lloret, con la precisión de un reloj suizo, comienza a guiar a los rezagados hacia la playa. Con gestos firmes, pero amables, los agentes dirigen a los vacacionistas fuera del centro, liberando las calles para que los servicios de limpieza puedan comenzar su labor. “Es importante que la zona quede libre. En breve, empiezan a llegar los primeros camiones para reponer lo que se ha consumido durante el día y la noche”, explican fuentes municipales.
El dispositivo debe funcionar como un reloj
La escena se convierte en un ballet matutino donde la seguridad y el orden se entrelazan con las gestiones de limpieza, buscando cumplir con un dispositivo especial de verano que vele por el equilibrio entre la diversión nocturna y la tranquilidad diurna. “En verano, los 100 agentes que conforman la Policía Local de Lloret no hacen vacaciones”, admiten. “Es importante que la unidad se encuentre al 100%, pues de los 40.000 habitantes que somos en invierno, la cifra asciende hasta rozar los 150.000 en verano”.
De este modo, los agentes tienen estudiados todos los movimientos para lograr una buena convivencia entre los turistas, los vecinos y los grupos más fiesteros. “El dispositivo debe de funcionar como un reloj”, añaden. Así, cuando esos rezagados sin rumbo llegan a la zona de la costa, la maquinaria pesada empieza a hacer la limpieza del paseo y de la orilla para evitar que la fiesta siga en la playa.
Una hora menos en Lloret
Las fuentes consultadas destacan, además, una peculiaridad para garantizar el buen funcionamiento de todo este engranaje: y es que, a pesar de que en verano los locales de ocio nocturno pueden cerrar sus puertas a las siete de la mañana, en Lloret, a las seis, las discotecas deben de estar vacías.
Así llevan funcionando 10 años, desde 2014, cuando se diseñó este sistema para garantizar una buena convivencia durante los meses de verano. En especial, desde el 15 de julio al 20 de agosto, cuando se aglutina el mayor número de turistas en la ciudad. De este modo, explican las fuentes consultadas, “desde las seis hasta las ocho se prioriza un dispositivo de seguridad ciudadana, estrechamente coordinado con los Mossos d’Esquadra”.
En esta primera fase, los locales de ocio nocturno se coordinan para cerrar sus puertas de forma escalonada, empezando por aquellos clubs más cercanos a la estación de autobuses, hasta llegar a los que se ubican más próximos a la playa.
Despejar la zona centro
A continuación, desde las ocho hasta las once, el dispositivo prioriza el tráfico. “Es importante despejar toda la zona de carga y descarga, así como la estación de autobuses”, explican. Y es que cada día llegan cientos de nuevo turistas, así como otros tantos que tan solo vienen a pasar el día y es “crucial” dejar la zona limpia.
Asimismo, toda la zona del centro se llena de camiones y furgones que van a reponer todo lo que se ha consumido durante el día anterior en los locales de ocio, hoteles y restaurantes que llenan el centro turístico de Lloret. A partir de las once de la mañana empieza la “operación bañistas”.
Prevenir los hurtos: la figura del agente cívico
Durante el día es importante prevenir los hurtos en la zona de la arena. A diferencia de otras ciudades, en Lloret “la Policía Local no patrulla por la playa”, explican. Aunque sí que están presentes, no tienen a agentes destinados a este tipo de servicio. “Se ha comprobado que el sistema es más eficiente si la policía se mantiene al margen y, en su lugar, se colocan agentes cívicos”, aseguran las fuentes consultadas.
De este modo, los agentes se quedan pendientes únicamente de la reacción y, en caso de robo, se actúa de forma coordinada con estos auxiliares que se han convertido “en sus ojos” en la playa.
Este mismo sistema lleva años funcionando del mismo modo en el ocio nocturno. De hecho, este año será el primero en que las discotecas y pubs participen en la contratación de dichos auxiliares cívicos, encargados de alertar a las autoridades de conductas sospechosas o de la comisión de ilícitos: desde robos, peleas o delitos contra la libertad sexual.
Garantizar una buena convivencia
La tarde suele ser el momento más conflictivo de la jornada, “cuando se necesitan más ojos”, reconocen las fuentes locales. Y es que se suman los bañistas que siguen en la playa, con los que salen de paseo, los que vuelven de pasar el día y los que empiezan la fiesta. Así, día tras día y noche tras noche, la capital del turismo de fiesta se militariza para garantizar un buen y feliz verano para todos.
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