Se trata de David Vargas, quien fue el sacerdote de Sant Vincenç de Castellet (Barcelona)

Se trata de David Vargas, quien fue el sacerdote de Sant Vincenç de Castellet (Barcelona) Archivo

Vida

Un párroco catalán se enfrenta a 48 años de cárcel por una estafa

Se trata de David Vargas, quien fue el sacerdote de Sant Vincenç de Castellet (Barcelona), acusado de engañar a siete abuelas

11 junio, 2024 13:31

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La Fiscalía de Barcelona reclama un total de 48 años de prisión para David Vargas, el excapellán de la parroquia de Sant Vincenç de Castellet (Barcelona), acusado de estafar a al menos siete feligresas de avanzada edad, a quienes engañó para quedarse con sus bienes, propiedades y objetos de valor. Asimismo, se le considera autor de otro delito similar, tras haber estafado a las congregaciones de las Carmelitas Descalzas y a los Hijos de la Sagrada Familia.

Junto con Vargas, el ministerio público también acusa a otras tres personas más, quienes, supuestamente, colaboraron con el párroco para culminar con las estafas. Por todo ello, el fiscal le atribuye los presuntos delitos de estafa, hurto, extorsión, apropiación indebida y tenencia ilícita de armas, adelanta El Periódico.

Todo engaño era válido

Según se extrae del escrito del fiscal, Vargas mentía a las feligresas, haciéndolas creer que habían sido denunciadas por Hacienda. En un caso, provocó que una de las víctimas le cediera cuadros de artistas conocidos, joyas y hasta elevadas cantidades de dinero en metálico a cambio de que él, con su supuesta "influencia", le retirara la supuesta multa del fisco.

Además de engañar a mujeres de avanzada edad, el religioso también quiso sacar rédito de dos congregaciones. Para ello, les vendió varios objetos que aseguraron que pertenecieron al Pare Manyanet. Extremo totalmente ficticio. De hecho, según una de las acusadas, Vargas escribía los textos con letras ornamentales y luego los envejecía para que pareciesen antiguos.

Un nombre conocido

Sin embargo, el nombre de David Vargas no es la primera vez que aparece en los medios de comunicación, y es que, en junio de 2023 el Tribunal Supremo confirmó una condena de tres años de prisión por haber facilitado el matrimonio de una mujer octogenaria con su marido ya fallecido, con el objetivo de hurtar la herencia del difunto.