Los familiares de los 64 ancianos muertos en Tremp durante la pandemia describen "la residencia de los horrores"

Los familiares de los 64 ancianos fallecidos durante la pandemia de Covid-19 en la residencia de Tremp (Lleida) han declarado este lunes frente al Juzgado de Instrucción en calidad de testigos.

El hijo de uno de ellos, Evaristo Saura, ha descrito el centro de mayores como “la residencia de los horrores”, un término que ya había usado la fiscalía para calificar el geriátrico en el que murieron casi la mitad de sus residentes.

El familiar, que ha dicho que no quiere recordar lo que vio allí, ha relatado en declaraciones al canal 324 que se encontró a su padre “atado y tapado con mantas” y que el centro estaba “todo a oscuras, con gente por allí y por allá”.

"Los dejaron morir"

Saura ha denunciado a las puertas de los juzgados que durante la pandemia de Covid-19 hubo un brote en el centro y que “los dejaron morir”. También ha subrayado que aunque “todo esto ha sucedido hace ya cuatro años, todavía continúa”. 

La declaración de los familiares apuntalaría la tesis de la fiscalía y de los agentes policiales, que denunciaron "falta de cuidado, alimentación y limpieza de los residentes". “Ahora le toca el turno a hijos, primos y sobrinos de aquellos abuelos" para que expliquen "cómo vivieron aquellas semanas tan trágicas", ha expresado el abogado que representa a la acusación particular, Xavier Prats, ante las cámaras de LleidaTV.

Homicidio imprudente

Alrededor de una veintena de familiares de víctimas y usuarios de la residencia Fiella de Tremp están citados a declarar a partir de este lunes en el juzgado como testigos en la causa penal por homicidio imprudente. Mañana martes continuarán compareciendo más testigos, además de los días 12 y 15 de abril.

El 15 y 16 de enero ya declararon como imputados la exdirectora del geriátrico, la exresponsable de Higiene Sanitaria y los miembros del Patronato Fiella en el momento del brote: el exalcalde Joan Ubach y el vicario del obispado de Urgell, Josep Maria Mauri, que negaron las acusaciones, mientras que un exconcejal se acogió a su derecho a no declarar en la causa por delito contra la seguridad de los trabajadores. 

La exdirectora señaló a las monjas

Por su parte, la exdirectora de la polémica residencia negó cualquier responsabilidad en la crisis sanitaria vivida en el centro y culpó a las monjas que se encargaban de la atención higiénico-sanitaria. 

La acusada, que está investigada por homicidio imprudente y por un delito contra los trabajadores, afirmó que todo estaba en orden y señaló al personal sanitario, concretamente a las religiosas que atendían a los mayores.