Las plataformas Alianza Contra el Borrado de las Mujeres y La Fuerza de las Mujeres, que aglutinan a cientos de organizaciones feministas, pedirán formalmente ante la Delegación del Gobierno contra la violencia de género que el asesinato de Núria L., la cocinera asesinada en la cárcel de Mas d'Enric (Tarragona), se investigue como un crimen machista.
La abogada Núria González, de La Fuerza de las Mujeres, ha explicado que el asesinato podría cumplir los requisitos que exige la Ley 1/2004 que considera víctimas de esa violencia a las mujeres agredidas por sus parejas o exparejas, para ser considerado como violencia machista. Aunque no se puede confirmar que la víctima y su asesino mantuviesen ningún tipo de relación, se insta a "certificar la relación existente entre ambos" para que el caso de Núria "no sea excluido de las estadísticas oficiales de violencia de género".
Núria se sentía acosada por su asesino
Según han declarado las amigas de la finada a las plataformas denunciantes, la funcionaria se sentía increpada por el asesino, que "se había obsesionado con ella y la acosaba". De hecho, Iulan S.O., asesinó a otra mujer de una forma muy similar en 2016, de quien también se obsesionó.
En el juicio, celebrado en abril de 2018 en la Sección 4.ª de la Audiencia Provincial de Tarragona, quedó probado que el acusado contactó en 2015 con su víctima a través de internet y se citaron en la casa de él para mantener relaciones sexuales a cambio de dinero. Los encuentros entre ellos se sucedieron en el tiempo y, según la sentencia, él "se enamoró de ella", desarrollando un comportamiento obsesivo hacia la chica.
La historia se repite
En este primer caso, Iulan discutió con la víctima y, tras coger un cuchillo de cocina de 15 centímetros de hoja, la asesinó brutalmente degollándola. Después, acudió a las dependencias de la Policía Local de Valls ensangrentado y confesó los hechos. Según recogen las plataformas, Iulan repitió el mismo modus operandi para matar a Núria, la cocinera de Mas d'Enric.
La cruel escena se repitió el miércoles de la semana pasada, cuando el reo, destinado en la cocina del Centro de Inserción y Reinserción (CIRE) de la cárcel de Tarragona atacó de idéntica forma a Núria L. Tras acabar con la vida de la trabajadora degollándola de forma "brutal", el reo se suicidó con el mismo cuchillo.
Vecina de Villalonga del Camp
La mujer era natural de Castelldefels (Barcelona), pero, desde hace ocho años, residía en Villalonga del Camp (Tarragona). Fijó su residencia en este pequeño municipio cuando fue destinada a Mas d'Enric como funcionaria, en el momento de la apertura del centro, inaugurado en 2015 por el presidente catalán Artur Mas. Con anterioridad había trabajado en el centro penitenciario de Brians 2.
La malograda cocinera vivía ahora de alquiler en este pueblo tarraconense, a 21 kilómetros de su centro de trabajo. No tenía familia en el municipio, pero vivía con su perra, Fiona, que está enferma. Se ha hecho cargo del animal la propietaria del piso en el que residía.
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