La tradicional y molesta procesionaria se ha despertado antes de tiempo en Cataluña por las altas temperaturas del actual invierno. Hace ya un par de meses que vemos las típicas bolsas blancas suspendidas de los pinos y los cedros, y las primeras orugas ya han empezado a descender de ellas para hacer acto de presencia en parques y bosques.
Alerta de este peligro para perros y pequeños el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), después de que los termómetros hayan incluso alcanzado máximas superiores a los 25 grados.
Tóxicas para la piel y las mucosas
Las procesionarias del pino (Thaumetopea pityocampa) son un tipo de polilla que, en su fase de oruga, son muy urticantes, temidas por los dueños de perros y padres de niños al ser altamente tóxicas. Los numerosos pelos que recubren su cuerpo tienen una enzima que destruye los tejidos de la piel y las mucosas.
En el caso de los canes, la ingestión accidental de estos bichos les puede provocar la caída de la lengua, babeo o hinchazón en el aparato respiratorio
Con la llegada del buen tiempo, las orugas bajan de las copas de los árboles en fila india, como si fuera una procesión (comportamiento que les da nombre). Buscan el suelo para enterrarse en grupo a unos 15 o 20 centímetros de profundidad y formar sus capullos antes de emerger como mariposas en verano.
¿Qué hacer si tocas una procesionaria? Lava la zona con abundante agua, evita rascarte, alivia el picazón con crema hidratante y calmante y acude a urgencias si sufres inflamaciones, dificultades respiratorias o fiebre. En el caso de que el susto se lo lleve tu perro, llévalo al veterinario de inmediato.
El calentamiento global tiene la explicación
"El calentamiento global hace que cada vez las condiciones le sean más favorables a esta especie", describen fuentes del CREAF. Los inviernos y primaveras cálidas comportan emergencias prematuras de estas temidas orugas.
Y es que este invierno está siendo uno de los más cálidos desde que se tienen registros, una situación "insólita", describe el Servei Meteorològic de Catalunya. Hace tiempo que Cataluña abandonó las oscilaciones de 8 a 12 grados propias del inverno para situar sus temperaturas máximas en esta época del año por encima de los 20 grados de forma sostenida.
Récords de calor en 41 estaciones
El calor ha sido más acusado en el cuadrante noreste de la comunidad, en el interior y en el litoral y prelitoral. Es en las estaciones de esta zona donde se han roto los récords registrados hasta ahora. 41 de las 153 estaciones de las redes XEMA y XOM han registrado la temperatura más alta en un mes de enero.
Los termómetros han superado los 25 grados, por ejemplo, en la comarca de la Garrotxa, Girona; en el municipio de Mieres, se han notificado máximas de 27. En el caso de Barcelona, la capital catalana ha registrado este año el enero con la temperatura más alta desde que se tienen datos. La temperatura media del mes pasado fue 2,2º C superior a la media climática para esta época del año.