Se conoce comúnmente como la oruga procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa), y en estos momento toda Cataluña sufre una plaga. Tanto el Ayuntamiento de Barcelona como la Generalitat han invertido generosas partidas económicas para combatirla: 40.166 euros en el caso del consistorio y 350.000 euros en el caso del Govern.
“En Barcelona se hicieron tratamientos contra la procesionaria durante el mes de octubre de 2015”, explica el ayuntamiento. “Las aplicaciones se hicieron con el cañón atomizador y el producto que es más efectivo, el bacillus thuringiensis”.
La plaga en Barcelona
Sin embargo, este diario ha podido comprobar que la plaga sigue presente. En zonas como el Turó de la Rovira, vecinos, turistas y excursionistas puntuales se ven obligados a convivir con un numeroso grupo de orugas procesionarias. Las paredes de algunas casas de alrededor, incluso, son el cobijo habitual de la plaga.
Además de la citada zona, los vecinos aseguran haberlas detectado en parques tan concurridos como el de la Estació del Nord (Eixample), el Parque de la Pegaso (Sant Andreu) o en diferentes puntos del distrito de Sants-Montjuic, entre otros. Algunas páginas web alertan de la presencia de la plaga y animan a los usuarios a ampliar la lista si se percatan de la presencia de las orugas en otros parques.
Fumigación aérea
En el caso de la Generalitat de Cataluña, el tratamiento fue una fumigación aérea en 7.000 hectáreas, las más afectadas de la comunidad autónoma. “Invertimos en la campaña de tratamientos aéreos un total de 350.000 euros, entre el producto, los servicios de helicóptero y avión y el personal técnico para la supervisión de los trabajos”, informa una portavoz.
En Cataluña hay contabilizadas unas 800.000 hectáreas de bosque de pino, 90.000 de las cuales tienen una afectación baja de esta plaga y 10.000 una afectación grave. El único culpable de la plaga, según fuentes oficiales, son las altas temperaturas.