La Policía Nacional se prepara para hacer una operación limpieza de grafiteros en Cataluña antes de traspaso de Rodalies a la Generalitat. Según ha podido saber Crónica Global en exclusiva, varios agentes pertenecientes a un grupo especial de la Brigada Móvil de Madrid se han desplazado desde la capital hasta Barcelona para aprehender a los vándalos por orden del Ministerio de Transportes.
En las últimas horas, el Cuerpo Nacional de Policía ha tomado declaración a varios de estos grafiteros en la comisaría de La Verneda. Según las fuentes consultadas, hasta el momento, los agentes que velan por la seguridad en el transporte público han interrogado a tres sospechosos, pero se prevén nuevas declaraciones en los próximos días.
Renfe guarda silencio
Preguntada al respecto, Renfe mantiene un perfil bajo y asegura que, de forma proactiva, no ha pedido ayuda a la Policía Nacional, pues trabaja en coordinación con Mossos d’Esquadra.
La operadora ferroviaria sostiene que este tipo de operaciones se realizan con cierta periodicidad cuando así lo consideran las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Sin embargo, en esta ocasión no se han atrevido a precisar si, en los próximos días, habrá un barrido contra estos grafiteros.
No obstante, fuentes policiales aseguran que los agentes llegados de Madrid aterrizaron en la capital catalana esta misma semana. Asimismo, recuerdan que no es el primer operativo de estas características. En este sentido, en 2023 hubo una ofensiva muy similar capitaneada por la Brigada de Información y que culminó con 14 detenidos; y, en años anteriores, se llegó a detener hasta una cincuentena de personas por realizar grafitis en vagones de Renfe en Cataluña.
Un coste millonario
La principal empresa de transporte ferroviario de pasajeros y mercancías de España denuncia que el año pasado los destrozos provocados por los vándalos le costaron a las arcas catalanas 11,6 millones de euros, casi la mitad de lo que se gastaron el resto de comunidades autónomas en la limpieza de sus trenes.
Estos 11,6 millones fueron destinados no solo al borrado de los grafitis, sino también a la contratación de personal de seguridad y a la compra de sistemas tecnológicos. Además del impacto económico, Renfe recuerda que los ataques a sus convoyes tuvieron consecuencias sobre los usuarios, que sufrieron los retrasos o la supresión del servicio por la falta de visibilidad que generaron los dibujos sobre las lunas, impidiendo la visibilidad de los maquinistas.
Seis incursiones diarias
También se registraron frenazos bruscos, pues en algunos casos los vándalos activaron el freno de emergencia para pintar en mitad de un trayecto. Las cifras que maneja la operadora son alarmantes: en 2023, los grafiteros vandalizaron 70.000 metros cuadrados de superficie de los trenes, y se colaron 2.340 veces en las instalaciones de la empresa, lo que supone unos seis actos vandálicos al día. Por su parte, el personal de seguridad abortó 492 incursiones de los grafiteros.
El año pasado se emplearon 7.500 horas de trabajo en la limpieza de los trenes, tiempo que los convoyes estuvieron parados en las vías sin poder prestar servicio a los viajeros.