Renfe ha denunciado que los grafitis pintados en sus trenes que prestan servicio en la red de Rodalies supusieron para la compañía un coste de 11,6 millones de euros durante 2023, que supone casi la mitad del total del conjunto del Estado.
La compañía lo ha hecho público este domingo, además de forma simbólica, con un comunicado en blanco que ha simbolizado su deseo de que, en el futuro, los gastos por "la lacra de los grafitis" sea cero.
7.500 horas de trabajo
En una nota posterior, la compañía pública ha detallado que los gastos computados se corresponden tanto con las labores de limpieza de los trenes como inversiones adicionales en seguridad (en recursos humanos y sistemas tecnológicos), gracias a las cuales estima que se han evitado cerca de 500 actuaciones de los grafiteros.
El particular balance recoge otras cifras significativas, como los aproximadamente 70.000 metros cuadrados de trenes que han sido afectados por las pintadas y las 7.500 horas de trabajo que han debido emplearse para eliminarlas.
Seis actos vandálicos diarios
Este tiempo se asemeja al que los trenes vandalizados estuvieron fuera de servicio debido a la actuación de los grafiteros, lo que supuso una pérdida de eficiencia en las prestaciones que la compañía ofrece a los usuarios.
Igualmente, a lo largo de 2023 se denunciaron 2.340 intrusiones de grafiteros en las instalaciones de Renfe, lo que supone una media superior a las seis diarias.