Día D del juicio a Dani Alves. Este miércoles, el exfutbolista tendrá la oportunidad de explicar su versión ante el tribunal de la sección 21 de la Audiencia de Barcelona. Una declaración muy esperada y que se ha hecho de rogar, después de que su abogada, Inés Guardiola, solicitara en el turno de las cuestiones previas que su cliente declarara en último lugar.
La estrategia de Alves ha sido cambiante y son varias las versiones que el jugador haofrecido desde que compareció en sede judicial por primera vez, la tarde el 20 de enero de 2023. Esa misma noche, tras quedar detenido, ingresó en la prisión de Brians (Sant Esteve Sesrovires), donde ha esperado impaciente a que se celebrase el juicio por violación.
La defensa insiste: Alves iba bebido
Hoy se espera que Alves siga el hilo de su última versión, un relato que se centra en demostrar que tenía sus facultades mermadas por el alcohol. De hecho, en numerosas ocasiones desde que arrancó el juicio este lunes 5 de febrero, su abogada ha preguntado a los testigos por la cantidad de alcohol que bebió su cliente o si se apreciaba, por su comportamiento, que estaba perjudicado por la ingesta de bebidas alcohólicas.
Asimismo, las declaraciones tanto de sus amigos como la de su mujer, Joana Sanz, se centraron en recordar lo bebido que iba el futbolista la noche de los hechos y el hedor a alcohol que desprendía cuando llegó a casa después de la supuesta violación. Uno de ellos, Ulises, recordó ante el tribunal que el acusado bebió entre "4 y 5 botellas de vino y una de wiski mientras cenaban, además de varios gintónic".
La pieza clave: el consentimiento
No obstante, al margen de la estrategia de la defensa, la piedra angular del juicio sigue siendo el consentimiento. Anteriormente, cuando su letrado todavía era Cristóbal Martell, Alves ya reconoció que había mantenido relaciones sexuales con penetración con la víctima. Sin embargo, aseguró que fueron consentidas por ambas partes.
Por eso, durante los interrogatorios a los testigos, Inés Guardiola preguntó insistentemente si su cliente y la joven se besaron, se rozaron o si bailaron juntos. Aun así, el hecho de que se hubiesen besado no es incompatible con lo que la joven sostiene: que, en un momento dado, cuando se encontraba en el baño con el futbolista, ella no quiso seguir y quiso salir del habitáculo.
Ella asegura que se vio presionada
La víctima, por su lado, siempre ha negado tal extremo y en sede judicial volvió a ratificar los hechos. La joven explicó que fue forzada a mantener relaciones sexuales con el acusado y, a continuación, la prima y una amiga de la víctima reconocieron que el exjugador del FC Barcelona mantuvo una actitud "babosa" con las tres, tocándoles sus partes íntimas e, incluso, intentando besarlas.
En la misma línea, uno de los Mossos que atendió a la joven en la discoteca Sutton de Barcelona, donde se produjo la supuesta violación, aseveró ante el tribunal que la denunciante le confesó "entre sollozos y llantos" que había tenido un percance con una persona y que ésta "no le había dejado salir del baño y le había tocado los genitales". Finalmente, reconoció que había habido penetración.
Alves lo tiene complicado: las imágenes lo corroboran
No obstante, Alves lo tiene difícil. Especialmente, después de que este martes una de las agentes de la Unidad Central de Agresiones Sexuales (UCAS) confirmara a preguntas de la fiscalía que las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad del reservado de Sutton “corroboran el relato” de la denunciante. Falta por ver ahora que dicen los peritos de los Mossos d'Esquadra, que declararán este miércoles justo antes de que lo haga Dani Alves.
Con todo, cabe recordar, el brasileño se enfrenta a una pena de prisión que oscila entre los nueve y los doce años por, presuntamente, violar a la joven de 23 años en los baños de "La Suite", la sala VIP de la discoteca Sutton de Barcelona.