Este martes Joana Sanz ha sido la última de los 22 testigos que han comparecido en el juicio a Dani Alves como presunto autor de la violación de una joven de 23 años en la discoteca Sutton de Barcelona. En la misma línea que los amigos del exjugador del FC Barcelona la modelo ha insistido en que esa madrugada su marido llegó “muy borracho a casa”.
Sanz ha explicado que ese día Dani Alves se fue a comer a la Taberna del Clínic con sus amigos y que regresó a casa sobre las cuatro de la madrugada “muy borracho”. Enseguida ha corregido la expresión empleada y ha matizado “o sea, oliendo mucho a alcohol”.
"Se chocó y se desplomó en la cama"
La modelo sostiene que al entrar en el dormitorio el deportista “se chocó con el armario y con una mesita” antes de “desplomarse en la cama”. De hecho, asegura que aunque ella estaba despierta no intercambiaron palabra por el estado en el que se encontraba su marido.
La modelo sostiene que a la mañana siguiente le preguntó qué había hecho la noche anterior y que él no mencionó nada sobre la discoteca Sutton. Sólo le dijo que había ido a comer con sus amigos.
Los mensajes entre Dani Alves y Joana Sanz
A preguntas de la acusación particular sobre las conversaciones que mantuvo con él durante la noche de autos, Sanz sostiene que no hablaron mucho. “Él estaba con sus amigos y lo dejé estar”.
Asegura que no hablaron por teléfono, si no por Whatsapp, y sólo un par de veces. Los primeros mensajes que se enviaron, en los que la modelo le preguntó si volvería para cenar, fueron por la tarde. El último, ha dicho, sobre las once de la noche.
No ha pedido el divorcio
La abogada de la víctima, Ester García, ha preguntado a Sanz si esa noche mantuvo una discusión con su esposo porque ella quería salir con él pero este se negó argumentando que “era una noche de chicos”, a lo que la canaria ha respondido con rotundidad que es “mentira”.
Asimismo, ha confirmado que nunca ha pedido el divorcio a su marido Dani Alves, para el que la fiscalía pide nueve años de cárcel y la fiscalía 12. De hecho, Joana Sanz se ha mostrado muy cercana a su familia política, con quien ha esperado sentada frente a la sala su turno para declarar.