Cataluña, o buena parte de ella, entra este viernes en fase de emergencia por sequía, lo que supone que 5,9 millones de habitantes se enfrentarán a limitaciones al consumo y a la prohibición de ciertas actividades por la escasez de lluvias y la mala gestión pública de los recursos. Se verán afectados 202 municipios.

El plan especial de sequía consta de tres fases, que entrarán en vigor en función de las lluvias. Por el momento, Barcelona y su área metropolitana y Girona y su entorno deben adaptarse a la primera de ellas, la que limita el consumo diario a 200 litros por persona, entre otras medidas.

Prohibido regar

En estas zonas de Cataluña, asimismo, se imponen otras restricciones, como la prohibición de regar jardines y zonas verdes, públicos y privados, excepto los árboles y jardines botánicos que haya que irrigar por cuestiones de supervivencia y siempre que sea con agua regenerada o freática.

Tampoco se permite el lavado de coches (salvo en negocios dedicados a esta función y con agua regenerada), así como la limpieza de calles y mobiliario urbano con agua potable, salvo extrema necesidad (incendio, accidente o riesgo para la seguridad vial). Escaparates y ventanas se pueden adecentar con un cubo y una esponja.

Vista del pantano de Sau el 22 de enero de 2024 Lorena Sopêna - Europa Press

Deporte federado y piscinas

Otras restricciones afectan al deporte y al ocio. En el caso del deporte federado que necesite riego, como el fútbol, podrá regar los campos, aunque tendrá que compensar el gasto de agua con las duchas.

En cuanto al llenado de piscinas, podrán hacerlo los gimnasios y clubes deportivos con piscinas cubiertas inscritas en el censo de equipamientos deportivos de la Generalitat, y también las descubiertas todo el año para el deporte federado, pero se deberá compensar el gasto de agua con el cierre parcial de duchas. Por otra parte, tienen permiso de llenado las piscinas de uso terapéutico y aquellas que utilicen agua de mar.

Sin fiesta de la espuma

Del mismo modo, queda terminantemente prohibido el llenado de fuentes ornamentales y lagos, a menos que sea para la preservación de especies autóctonas o en riesgo. Por último, tampoco se permitirá el uso de duchas o instalaciones de limpieza de pies en las playas o actividades como fiestas del agua o de la espuma.

En cuanto a la presión del agua, dependerá de los municipios y de quienes los abastecen decidir si conviene reducirla. Por el momento, esto se hará en aquellas localidades en las que se superan los 200 litros por persona y día, casos de Cervelló, Corbera, Sant Vicenç dels Horts y Begues.

El conseller d'Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural, David Mascort, durante una rueda de prensa EP

Agua en barco

Todas estas medidas se endurecerán si la sequía persiste, aunque no hay una fecha concreta para pasar a la segunda fase de emergencia. Sea como sea, hoy por hoy, una de las grandes preocupaciones es que nadie se quede sin agua, por lo que la Generalitat estudia la manera de traerla en barcos si es necesario.

Además, si en ocho meses no llueve, el Procicat activaría el plan para abastecer a los hospitales y que puedan tener recursos hídricos para su actividad.

La agricultura, la gran damnificada

Todo ello, sin olvidar el esfuerzo que, desde hace meses, sufren los sectores agrícola y ganadero, los primeros a los que el Govern cortó el grifo, pues son también los que más agua consumen. De hecho, en esta fase de emergencia, se reduce en un 80% el riego agrícola, en un 50% el de ganadería y en un 25% el industrial, el mismo porcentaje que se aplica para usos recreativos.

Por último, cabe recordar que no hay una restricción efectiva en los domicilios, pero la recomendación es seguir ahorrando todo lo posible con medidas como apagar la ducha en el momento de enjabonarse. Y, si es posible, no superar un consumo doméstico de 90 litros por día y habitante.

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