Tensión con un grupo de okupas violentos en el barrio del Raval de Barcelona. Se trata de una banda que ha irrumpido en dos pisos de la calle Sant Vicenç, una calle situada junto a la sala de fiestas La Paloma. No solo eso, sino que ha agredido a uno de los propietarios con un machete y han acabado denunciados por sus agresores. Las víctimas denuncian "desamparo policial".
Lo explica uno de ellos, S., propietario de uno de los apartamentos tomados a la fuerza. "Me llamaron el 2 de enero alertando de que mi piso y el de mi hermano habían sido okupados por parte de un grupo. Al llegar al bloque para negociar con los intrusos, ya que no habían pasado ni 48 horas desde su entrada, se negaron a marcharse", relata, "alegaban que había una mujer embarazada y que no se iban a mover".
S. llamó a la policía, pero al llegar los agentes "afirmaron que no podían intervenir por la chica en estado".
Apuñalado en el rostro
Finalmente, el vecino y su hermano insistieron en la negociación. Asegura que los allanadores se marcharan de un piso y se quedaran en el otro porque "no tenían donde dormir". Pactaron que se marcharían al día siguiente, 3 de enero, sobre las 18:00 horas.
No pasó. A la jornada siguiente, la banda seguía en el inmueble. Los dos propietarios acudieron a su propiedad para recordarles que tenían que marcharse, pero la respuesta del grupo fue "ponerse violentos" y tratar de "encerrar a uno de los dos dentro del piso".
Durante la refriega, una de las mujeres -la que estaba embarazada, extremo que ponen en duda- blandió un machete y cortó en el rostro a uno de los dos afectados. También le golpearon, rompiéndole la nariz.
"Retenidos" por la policía
Cuando los dos hermanos acudieron al CUAP Peracamps a examinarse y recoger el reconocimiento médico para denunciar, se encontraron allí a los allanadores. "Nos siguieron y vieron que íbamos al ambulatorio. Así que ellos también fueron", esgrime uno de los afectados.
La rocambolesca escena terminó con la policía en el lugar para mediar entre las partes. "Les dijimos a los agentes que nos habían okupado y agredido, pero no nos hicieron caso. Los policías nos arrinconaron y registraron, como si los delincuentes fuéramos nosotros", manifiesta el afectado.
"Hemos terminado denunciados nosotros"
S. lamenta que "les hayan okupado los pisos, les hayan golpeado y cortado, les hayan denunciado y encima sean ellos quienes terminen ante la justicia". Porque los okupas, igual que ellos, denunciaron.
¿Qué pasará ahora? "Se señalará el juicio y nos veremos las caras en los tribunales. Figúrate que han entrado en mi casa y ahora puedo acabar en la cárcel yo".
"Ahora no podemos echarles"
El incidente del 3 de enero ha cortado toda posibilidad de recuperar el piso okupado de forma rápida. "Sólo hay tres vías. Por la fuerza, algo que no haremos; acudiendo a Desokupa u otra empresa similar, que tampoco podemos hacer, pues ellos lo utilizarían para soportar su denuncia; y la vía judicial", enumera S.
La justicia será lenta. "Nos encontramos sin uno de los pisos, habiendo pagado una puerta antiokupas en el otro -que pudimos recuperar in extremis-, agredidos y denunciados", resume. "¡¿Qué Barcelona está quedando si te tratan como un criminal cuando tú eres la víctima?!", se pregunta.
"Una banda organizada"
La policía catalana reconoce que en la zona donde ocurrieron los hechos existen "pisos okupados". Por su parte, S. ve "desamparo institucional total", pues "trató de negociar con sus okupas, no usando la fuerza en ningún momento, y viendo que la policía no actuaba, y ahora puede terminar él en la cárcel".
"¿Cualquiera puede encontrarse su piso okupado cuando se marcha a trabajar? Pedimos ayuda", sentencia.