La inseguridad ciudadana que ha azotado Barcelona en los últimos años está provocando un repunte de las bajas laborales de los policías de la Guardia Urbana. Las incapacidades temporales del cuerpo municipal de seguridad doblan a las del global del ayuntamiento y triplican a las de los ministerios.
Es lo que atestigua un informe interno de Mutua Universal, la de la Administración local de Barcelona, al que ha accedido este medio. El dictamen revela que el índice de incidencia de bajas laborales en la Guardia Urbana es de 7.918 por cada 100.000. Esta cifra es 1,7 veces más que las 4.462 del total municipal, y tres veces más que las 2.376 que se contabilizan en los ministerios, incluido el de Interior.
Un agente nuevo de baja médica al día
Según el informe de Mutua Universal, entre enero y octubre, hasta 330 policías de la Urbana, que en Barcelona cuenta con 3.460 efectivos, sufrieron un accidente trabajando que les provocaron una baja médica. Supuso el 77% de las incapacidades en la plantilla del ayuntamiento, cuando la Urbana solo supone el 44% de los funcionarios de la estructura municipal.
Fue, pues, un agente nuevo de baja cada día: una pesadilla para cuadrar los cuadrantes. El reposo medio de los agentes lejos de su puesto de trabajo fue de 30,5 días.
Los Bomberos se lesionan cinco veces menos
¿Qué pasó en 2022? Con los datos más trabajados de la Mutua Universal, hasta 386 agentes de la Guardia Urbana estuvieron incapacitados para trabajar, más de uno al día y un 79% del total. Globalmente, las bajas laborales en el cuerpo de seguridad duraron una media de 50,2 días.
La comparación con otro de los colectivos de funcionarios arriesgado, los Bomberos de Barcelona, es categórica. Solo 77 efectivos antiincendios dejaron de trabajar: un 16% del total de funcionarios del ayuntamiento. Son cinco veces menos bajas que la Urbana. En 2023, los Bomberos de baja han sido solo 63, un 14,65% del total, también cinco veces menos que los policías.
La mayoría de lesiones, en brazos y piernas
En la categoría de tipo de lesiones, el análisis de la mutua es contundente. Un 62% de las heridas que presentaron los agentes de la fuerza pública local de Barcelona fueron en brazos y piernas, lo que sugiere que, en efecto, fueron producto de intervenciones en la calle y accidentes. Otro 10% de lesiones fueron en la cabeza.
El pasado ejercicio, 2022, la tasa de bajas laborales de la Guardia Urbana fue de 5.256 por cada 100.000, más del doble que la media de los ministerios, que fue de 2.376. El global de lo 13.000 funcionarios de la capital catalana fue superior: 9.637 por cada 100.000.
Hombre de entre 35 y 49 años
A tenor de los datos aportados por la mutualidad laboral, el agente tipo de la Guardia Urbana de Barcelona que termina lesionado por su trabajo es un efectivo policial de 35 a 49 años de edad, hombre, y que se lesiona durante la jornada de trabajo (un 80% del total) y no en camino.
La mayoría de incapacidades se notifican entre lunes y jueves, y los accidentes se concentran en los turnos de tarde y noche.
Comisarías blindadas
Precisamente, los datos de bajas laborales en la Urbana se conocen días después de que el cuerpo de seguridad se haya tenido que poner en máxima alerta por los posibles disturbios okupas en Barcelona, como avanzó este medio.
Fue con ocasión del desalojo policial de las casas okupadas de El Kubo y La Ruïna en el barrio de la Bonanova. Aunque el desahucio corrió a cargo de los Mossos d'Esquadra, el cuerpo municipal de seguridad apoyó en la tareas. Se pudieron ver agentes de seguridad ciudadana y, también, de la UREP, los antidisturbios.
CSIF: "Son datos impresentables: hacen falta medios"
Al conocerse los datos, el portavoz de Administración Pública de CSIF, Eugenio Zambrano, ha lamentado que las cifras son "impresentables". Zambrano ha recordado que "no vale escudarse en la peligrosidad del trabajo, pues las bajas en Bomberos, que también son puestos de riesgo, rondan el 14%". El sindicalista y también policía de la propia Guardia Urbana alerta de que "los datos, fríos, son espeluznantes, y requieren planificar políticas de prevención de una vez".
Zambrano apremia a intervenir para "proteger más" a los agentes. Ello incluye dotarlos de "más medios humanos, más personal, y también más material". ¿Qué se requeriría, según CSIF? "Lo que lleva una policía moderna de una gran ciudad como Barcelona: táseres, detectores de metales por patrulla, lanzaderas, cámaras unipersonales o espráys de pimientas", ha enumerado. "La ciudad no puede estar con una policía sin medios", ha apostillado.