El Ayuntamiento de Barcelona ha tomado distancia con el desalojo de las casas okupas de El Kubo y La Ruïna ante la posibilidad de graves incidentes. Eso sí ha tomado medidas para garantizar la seguridad urbana durante el vaciado: ha levantado un dispositivo de Guardia Urbana protegiendo comisarías y sedes de distrito.
Lo han explicado fuentes policiales, que han detallado que la Urbana ha activado un despliegue especial, discreto y preventivo, para evitar que los antisistema ataquen las sedes policiales o los ayuntamientos de los diez distritos de la Ciudad Condal. Sobre todo en las previsibles protestas después del desalojo si los Mossos d'Esquadra lo consiguen ejecutar.
Posibles "incidentes fuertes"
Las mismas voces han subrayado que el despliegue de agentes estáticos frente a los edificios corporativos del ayuntamiento "tiene como objetivo atajar incidentes graves, pues así se esperan" si se consuma el desahucio de los dos edificios de la Sareb tomados a la fuerza.
Eso sí, el papel de la Urbana, y sobre todo la Unidad de Refuerzo a las Emergencias y la Proximidad (URPE), es meramente preventivo y no vinculado al desalojo. Esta operación la pilotarán los Mossos d'Esquadra. El cuerpo municipal de seguridad quedará en un segundo plano, activada para proteger inmuebles de cara a protestas posteriores.
La comisaría de Las Ramblas, atacada
La movilización de funcionarios municipales tiene como meta, también, evitar que los radicales se ceben con sedes oficiales como pasó en febrero de 2021, cuando un grupo de antisistemas arrojaron un cóctel molotov contra la comisaría de la Unidad Territorial-1 (UT-1) de la Guardia Urbana en Las Ramblas de Barcelona.
Sin solución de continuidad, los activistas, que marchaban contra el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél, trataron de quemar una furgoneta de la Urbana con los agentes dentro. El caso derivó en causa judicial, que sigue a día de hoy.
El papel de la URPE
De hecho, durante los dos mandatos en los que Ada Colau (BComú) gobernó Barcelona, los antidisturbios de la Guardia Urbana fueron uno de los asuntos más polémicos de su Ejecutivo local. Su gabinete disolvió la entonces llamada Unidad de Apoyo Policial (USP, por sus siglas en catalán) y la transformó en la actual URPE. Ello le valió críticas de los sindicatos policiales y de la oposición.
Posteriormente, la unidad, formada por un centenar largo de agentes, protagonizó labores de orden público en la calle en las que se emplearon a fondo. Con ello quedó claro que los comunes no habían podido disolver el área, como prometieron en su programa electoral en 2015. Simplemente la transformaron.
Efecto sorpresa
A partir de hoy, esa unidad en mucha menor medida, pero sobre todo Mossos, estarán en el foco público. Se han señalado los desalojos de El Kubo y La Ruïna la madrugada y mañana de hoy. Los dos edificios, propiedad de la Sareb, carecen de arraigo en el barrio, aunque cuentan con decenas de activistas antisistema capaces de generar algaradas.
Es la tesis que se maneja desde Información de Guardia Urbana: que si bien puede ejecutarse el vaciado con algunas dificultades -o suspenderse por motivos de seguridad-, los activistas aprovechen la noticia para provocar algaradas en el centro de la capital catalana u otros barrios.