Los Mossos d’Esquadra y la Policía Nacional chocan con la Audiencia Nacional tras la decisión del tribunal de dejar en libertad a los dos detenidos el martes en Olot (Girona) por radicalización islamista. Ambos cuerpos, que investigaron conjuntamente a los dos sospechosos durante meses, sostienen que están radicalizados y les atribuyen delitos de adoctrinamiento, apología y enaltecimiento terrorista.
Tras conocerse este viernes la decisión de la Audiencia Nacional de ordenar su puesta en libertad, como había solicitado la fiscalía alegando que no apreciaba “indicios claros” de la comisión de delitos relacionados con el radicalismo, ambos cuerpos han emitido sendos comunicados en los que evidencian que los detenidos “sufrieron un proceso de radicalización violenta”.
Alarma entre la comunidad musulmana
La investigación conjunta se inició en febrero, después de que los cuerpos policiales tuvieran conocimiento de que dos personas habían comenzado a mostrar signos de radicalización yihadista, lo que hizo saltar las alarmas entre la comunidad musulmana de Olot.
En el marco de la Operación Mirtha, los efectivos especializados de los dos cuerpos policiales constataron que ambos “habían interiorizado el ideario y postulados más radicales y violentos de la organización terrorista ISIS” y que hacían apología del terrorismo yihadista en las redes sociales utilizando diversos perfiles.
Intenciones de cometer ataques contra la sociedad
En contraposición al hermetismo con el que se blindó la investigación para evitar filtraciones, ahora ambos cuerpos policiales han explicado los motivos que los llevaron a arrestarlos. Explican que uno de ellos llegó a hablar de martirio a través de sus redes sociales, hizo consumo de propaganda yihadista y realizó búsquedas de armas de fuego.
Los Mossos d’Esquadra añaden que se ha podido acreditar que uno de los detenidos ejerció “durante meses” una tarea de adoctrinamiento sobre el segundo sospechoso proporcionándole propaganda yihadista creada por productores afines a Dáesh y Al-Qaeda.
La exposición continuada a estos contenidos “acabó produciendo en el segundo detenido conductas de odio, cada vez más habituales, hacia colectivos amenazados como la comunidad judía”. Asimismo, añaden, “manifestó sus intenciones de cometer ataques contra la sociedad en general”.
La radicalización violenta estaba en evolución
La policía catalana destaca que uno de ellos, un converso, ya estuvo adscrito al extremismo violento en el pasado, aunque de matriz nacionalsocialista, y que ahora habría abrazado el radicalismo islámico.
Por todo ello, los efectivos especializados de Mossos y CNP pueden afirmar que “el proceso de radicalización violenta estaba en evolución” y defienden que con las detenciones se ha evitado “que llegara a estadios que supusieran un peligro para la ciudadanía”.
Ahora, se centran en el análisis del material informático y de la documentación incautados durante los registros para apuntalar la atribución de estos delitos a los detenidos.