La primera mujer al frente de un sindicato policial catalán: “Cuando me quedé embarazada, querían que patrullase hasta que me abrochase la camisa”

El 27 de octubre, en el marco del IV Congreso de Cataluña del Sindicato de Policías Locales y del Cuerpo de Mossos d’Esquadra (SPLCME), María Baena fue elegida como la primera mujer al frente de un sindicato policial en Cataluña. Su candidatura, que barrió a la de su oponente, fue apoyada, además, por una amplia mayoría de hombres. 

Baena comenzó su andadura sindical hace ahora 16 años de la mano del sindicato que hoy preside con orgullo y al que dedica su tiempo libre de forma altruista, pues compagina la labor sindical con su trabajo en la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Policía Local de Palafolls (Barcelona). Fue en el año 2006 cuando Baena recurrió a Daniel Bel, quien hasta su relevo en octubre ha sido el secretario general del sindicato mayoritario de las policías locales catalanas, para solicitar ayuda.

Preside el sindicato que la ayudó tras ser discriminada

Como ahora, recuerda Baena en una conversación con Crónica Global, en aquel entonces, cuando se enteró de que estaba embarazada de su primera hija, también trabajaba en una unidad de seguridad ciudadana. “Pedí a la Jefatura que me trasladara a otro puesto que no implicara estar en la calle, porque es un derecho que tenemos las trabajadoras para proteger nuestra salud y la de nuestros bebés”, explica.

Sin embargo, la respuesta que recibió cayó como un jarro de agua fría. “Además de denegarme la petición por falta de personal me dijeron que debía continuar patrullando en la calle, palabras textuales, hasta que me cupiera la camisa y me abrochara el cinturón policial”. Ante esta contestación contactó con el SPLCME y fue Bel quien la acompañó durante el proceso de reclamaciones y el procedimiento administrativo. A partir de entonces, Baena decidió entrar a formar parte de la dirección del sindicato.

María Baena, primera mujer en presidir un sindicato policial en Cataluña SPLCME

“Los tópicos van cambiando” 

La vocación por defender las causas justas empujó a Baena a cursar estudios superiores cuando ya ejercía como policía local: “Siempre me llamó la atención la resolución de conflictos y el poder ayudar a las personas”. Por eso, decidió estudiar la carrera de Derecho, primero, y completar un máster en abogacía, después. Ahora, su deseo es colegiarse para poder dar cobertura jurídica a los afiliados del sindicato.

Asimismo, opera como mediadora para encontrar una salida extrajudicial a conflictos de entidad menor y contribuir así a agilizar un sistema de justicia altamente colapsado. “En muchos de los servicios asistenciales que he hecho como policía he tenido que usar la mediación para solucionar problemas vecinales, entre miembros de una misma familia o discusiones de pareja”, expresa.

En este sentido, Baena sostiene que la perspectiva de género no influye. “Son cualidades de la persona, no de su género”, asegura. “Los roles de género se aprenden a través de la socialización, del aprendizaje y la educación que recibimos, del núcleo familiar y de las condiciones socioeconómicas en las que nos movemos en nuestro entorno”, sostiene la recién nombrada presidenta del SPLCME. “Históricamente se relaciona el carácter más dominante a los hombres y el más conciliador a las mujeres, pero por suerte la sociedad está evolucionando y los tópicos van cambiando”.

Dos ámbitos masculinizados

En este sentido, confiesa que siempre ha crecido rodeada de hombres. Además de que la mayor parte de sus amigos son y han sido del sexo contrario, también eligió una profesión que, todavía hoy, está muy masculinizada. De hecho, según los datos de la Generalitat de Cataluña, solo el 14,6% de los policías locales son mujeres, frente al 85,4% de hombres. Aun así, Baena sostiene que a excepción del episodio que sufrió en su embarazo, indiscutiblemente por el único hecho de ser mujer, no ha tenido otras experiencias negativas.

“El mundo sindical y policial siempre han estado copados por hombres, pero en los últimos años hemos ido avanzando”, explica. Uno de los aspectos que más han tenido que pelear las mujeres para entrar en los cuerpos policiales, así como en el mundo laboral en general, ha sido la conciliación con la vida familiar. “Además de ser policías también somos amas de casa, madres, esposas, estudiantes…”, expresa Baena, que reclama que las mujeres se han ganado a pulso su hueco rechazando este rol que se les había impuesto, empoderándose y demostrando que pueden hacer todo lo que se propongan.

“La mujer se ha ganado su incorporación a la policía: no somos menos que los hombres y tenemos las mismas aspiraciones y capacidades que ellos”, defiende la secretaria general de SPLCME, que asegura que ahora que está al frente de un sindicato contempla dar visibilidad a la figura de liderazgo femenino. “Me gustaría que las compañeras que tengan algún tipo de problema desde la perspectiva de género puedan ver en mí una persona cercana y amiga que les pueda entender de manera más próxima por el hecho de ser mujer”, expresa.

Defiende el sistema de cuotas

Para lograr una igualdad efectiva, un escenario en el que las mujeres estén presentes en todos los ámbitos profesionales, también el sindical o el policial, todavía falta un largo camino por recorrer. Para ello, valora los sistemas de cuotas, plazas reservadas exclusivamente para mujeres en las oposiciones para acceder a los cuerpos policiales: “Solo hay diferencia en las pruebas físicas, porque se ha demostrado que nuestro metabolismo y fuerza son diferentes”.

Pero, más allá de estos parámetros, defiende que las mujeres tienen que superar la misma criba que ellos para ganarse su hueco: “Es una posibilidad para que podamos ir introduciendo a las mujeres en los cuerpos policiales y para dar una imagen policial que sea inclusiva e igualitaria”. La nueva secretaria de SPLCME mantiene que el papel de la mujer en la sociedad actual se lo ha ganado demostrando que son capaces de todo.