Paula San Pedro (Educo): "Nuestros niños están cada vez más enfermos y no se están poniendo recursos"

También exige más recursos en Cataluña, donde la salud mental de los menores está cada vez peor. Pero también la de los profesores, que afrontan una elevada carga de trabajo. Por eso, ve imprescindible que se apueste por el Coordinador de Bienestar y Protección, una figura clave en la prevención de problemas como el bullying, pero que en Cataluña no ha empezado con buen pie por los bandazos de la Conselleria de Educación. 

Hay más retos. Avanzar en la gratuidad de los comedores escolares para niños de familias vulnerables o el acceso a las extraescolares son solo algunos de ellos.

¿Los niños están protegidos en el sistema educativo catalán?

En Cataluña, pero también en otras comunidades autónomas, vemos que la salud mental de nuestros niños cada vez va a peor en correlación con esa desprotección que sienten, tanto dentro como fuera de la escuela. En el ámbito digital y familiar, entre padres, dentro de las propias familias… Cada vez se multiplican los espacios donde los pequeños se sienten desprotegidos y donde sienten, al mismo tiempo, que tienen menos capacidad para responder a esos retos a los que se enfrentan. Muchas veces porque se enfrentan a contextos cuya capacidad todavía no está desarrollada para dar respuesta.

A veces, da la sensación de que escuela y familia se culpan mutuamente por ver cómo mejorar el bienestar del menor. ¿Debería haber más coordinación?

Efectivamente, es un trabajo compartido. Hay funciones para todos y es cuestión de saber dónde empieza el de uno y dónde acaba el de otro, poniendo al niño en el centro, no a las ideologías que muchas veces pueden generar esos eslabones perdidos que impiden que todos trabajemos de forma colaborativa.

La consejera de Educación, Anna Simó EUROPA PRESS

En los colegios de Cataluña, aunque también en otras CCAA, se ha implementado la función del coordinador de bienestar y protección. ¿Qué es?

Uno de los objetivos de esa figura es el de poner al niño en el centro y hacer mucho trabajo de prevención, que es otra manera de afrontar la violencia. Antes, la mirábamos desde la consecuencia, una vez hecha. Esta figura trabaja la prevención con los niños, con el resto de los profesores y profesionales de los centros educativos, y con las familias. Se generan eslabones que, hasta ahora, estaban perdidos y se establece una terminología conjunta. En definitiva, se mira desde una perspectiva colaborativa, poniendo los derechos de la infancia por encima de todo.

Sin embargo, en Cataluña ha sido una medida polémica por los vaivenes de la Conselleria, que ha ido cambiando de opinión sobre si los docentes que ejerciesen esa función tendrían retribución o no...

Es una figura que hace espejo de otra que está en el sistema británico desde hace décadas. El espíritu de la ley está muy bien desarrollado, pero la cuestión es cuándo se pone en práctica. En Cataluña llega un año más tarde, junto con Baleares y Galicia. La parte positiva, que no se ha visto en otras comunidades, es que en Cataluña se ha hecho una reflexión de cómo debería encajarse en las estructuras del sistema.

Los profesores se quejan de que no se han aumentado las horas. Teniendo en cuenta que es una figura clave para afrontar problemas como por ejemplo el bullying, ¿qué se ha hecho mal? 

El problema es que no ha habido una reflexión previa ni se ha pensado bien. Se ha convertido en un mero trámite y, como resultado de eso, no tiene horas asignadas. Entre una y tres semanales, pero eso frente a la envergadura de lo que tienen que hacer, es imposible. Además no hay presupuesto ni recursos para hacer la pedagogía que conlleva. Así pues, esta figura tiene unos enormes retos porque cada vez nuestros niños están más enfermos, tenemos una lacra social inmensa, pero los recursos que se podrían poner para paliar esto y trabajarlo desde la prevención, que es donde se genera la salud, no se están poniendo en marcha.

Hablabas antes de la desprotección de los menores en el ámbito digital. Estos días se habla mucho de regular, incluso prohibir, los móviles en los colegios. ¿Qué se debe hacer?

Más que restringir los instrumentos que pueden llevar a la desprotección, hay que trabajar en la prevención. Si bien es cierto que limitar los móviles a cierta edad es positivo, también encuentran espacios para llegar a lugares donde consideraríamos inoportunos para su edad. Como el control tiene también sus límites, lo que es importante es hablar de la prevención para que nuestros niños estén preparados para funcionar en un mundo donde es muy difícil poner puertas al mar, pero que deberán tener los instrumentos --tanto a nivel mental como emocional-- para manejarse en estas casuísticas de desprotección que se van multiplicando.

Niños con ordenadores en el aula ACER

Las direcciones de las escuelas han criticado que Educación ponga en sus manos la decisión de prohibir o no las pantallas. ¿Crees que debería ser el Govern quien tome una decisión?

Están poniendo bajo el juicio de los centros educativos un montón de decisiones, entre ellos la figura de coordinador, que sobrepasa la capacidad que tiene para decidir. Los colegios son una bomba de relojería porque recae sobre ellos una enorme cantidad de responsabilidades con un profesorado que cada vez también está más mermado por su salud mental y por el ecosistema en el que se mueven.

¿Hemos mejorado en pobreza infantil?

No, todo lo contrario. En España no dejan de aumentar las tasas de pobreza infantil. Aunque se están poniendo ciertos esfuerzos, queda mucho recorrido por hacer. Las becas comedor, por ejemplo, ilustran cómo se deja que muchas familias queden fuera del único alimento sano y equilibrado que tienen los niños a lo largo del día de las familias más vulnerables.

¿Qué impide que puedan acceder?

Desde impedimentos burocráticos hasta cuestiones de renta que impiden flexibilidad. Nosotros somos conscientes de que vivimos en un escenario económico y laboral muy volátil, pero son una serie de obstáculos que impiden que se haga efectiva la gratuidad real para los niños. Ya sabemos que esas becas solo alcanzan a uno de cada tres niños en España, con lo cual hay dos tercios que se quedan fuera. Paralelamente, vemos también la otra cara de la moneda: que aumentan las tasas de obesidad infantil. Por otro lado, el precio del comedor es el más alto de toda España.

Las familias también denuncian desigualdades en el acceso a las extraescolares. A veces unas actividades imprescindibles para la conciliación.

Tenemos que buscar cómo garantizar los derechos de la infancia. Muchas veces, eso pasa por asegurar una comida sana al día o espacios sociales, deportivos y de refuerzo. Es así como se garantiza la igualdad y los derechos a tener una salud adecuada y una educación adecuada.

Una mesa de comedor escolar EUROPA PRESS

El Govern ya ha empezado a negociar los presupuestos de la Generalitat para 2024. ¿Se deben abordar estas necesidades?

Todas estas reivindiaciones pasan por la parte presupuestaria. Una cosa es la retórica y otra la práctica, que se ejecuta a nivel presupuestario. Por tanto, necesitamos esos presupuestos. Nosotros hemos hecho los cálculos de lo que se necesita para comedor escolar y para garantizar la gratuidad a los niños de las familias más vulnerables. Tambien pasa por el acuerdo de todos los partidos. Es importante recordar que estas agendas tienen que estar en el núcleo de la sociedad que queremos ser.

¿Qué le pides al nuevo Gobierno?

Fundamentalmente, que la infancia esté en el centro. Sin embargo, ya hemos visto que en la configuración de las nuevas comisiones en el Congreso, la de infancia se ha creado como no legislativa. Esto es una reivindicación que veníamos haciendo y que volvemos a ver que no se refleja. Por el hecho de no ser legislativa pierde parte de su capacidad. España no puede perder de vista que tiene una enorme lacra cuando estamos entre los tres primeros puestos en pobreza infantil. Es algo que debería avergonzarnos a todos.