El sector del ocio nocturno en Cataluña está en pie de guerra por la actuación de la policía en las inspecciones que lleva a cabo para detectar posibles irregularidades en los locales al considerar excesivos los dispositivos que se emplean, a su juicio, propios de antidisturbios, además de considerar que deberían realizarse cuando no hay actividad en los establecimientos.
Fuentes de la patronal Fecalon denuncia que las últimas actuaciones de este tipo se han desarrollado con apariencia de un gran operativo, con furgones policiales en el exterior, una treintena de números del cuerpo entrando en los locales, incluso con cascos protectores.
Además, también han hecho hincapié en que las actuaciones tienen lugar cuando los establecimientos están abiertos al público, con lo que los clientes que se encuentran en el interior son muchas veces obligados a identificarse.
En una de las últimas inspecciones, las citadas fuentes aseguran incluso que los clientes que se encontraban en el interior del local tuvieron que poner las manos en alto por indicación de los agentes.
Los representantes del sector denuncian que recientemente se han llevado a cabo dos inspecciones de este tipo, llamativas por el despliegue policial empleado, y que han concluido sin que se registraran incautaciones.
Lo que sí ha tenido lugar es la identificación de los clientes, un factor que supone un desincentivo a la hora de acudir a locales de ocio nocturno.
Sólo en caso de sospecha
Este sábado, Fecalon hizo pública su demanda de que las inspecciones para detectar posibles irregularidades o incumplimientos de la normativa de seguridad e higiene se realicen cuando los locales no están en plena actividad.
Fernando Martínez, director de Fecalon, señaló a Efe que la intervención con los locales abiertos está justificada si se tiene la sospecha de que en su interior se desarrolla una actividad ilegal pero no en el caso de un control rutinario.
Estigmatización
Fecalon ha detectado un exceso de celo en las últimas actuaciones que tiene como consecuencia la estigmatización del sector.
Según sus datos, desde el pasado verano se ha precintado y dado orden de cierre a una veintena de pequeños locales en Barcelona.