Los Casuals 'buscan' a 'Paco el Gordo' por las escuchas que les hicieron caer: "Tenemos un 'canapé'"

Después de la detención del grueso de la banda en julio --el líder histórico, Ricardo Mateo, fue arrestado un mes después--, Paco el Gordo permanece en prisión preventiva en la cárcel de Lledoners, alejado del resto de miembros, repartidos entre Brians 1, Quatre Camins y Puig de les Basses. “Se lo harán pagar”, sostienen varias fuentes cercanas al grupo y consultadas por este medio, que aseguran que el enfado de los demás miembros con Paco el Gordo es mayúsculo porque, si bien tomaba precauciones a la hora de hablar por teléfono, “no revisó su coche”.

Imagen de la 'Operación Hydra' de Mossos d'Esquadra contra los Casuals EFE

“Tenemos un 'canapé'”

En esas escuchas, el que hasta este verano presuntamente controlaba los negocios ilícitos de la banda en el área metropolitana norte de Barcelona, fanfarroneó con terceros sobre su pertenencia a Casuals y desveló datos cruciales para la causa.

Gracias a las conversaciones que mantuvo en el interior del vehículo, los investigadores han podido perfilar la nueva estructura del grupo, al que se han sumado nuevos miembros en el último año. También han podido conocer las dinámicas internas y acreditar los delitos que cometieron, como secuestros, extorsiones a famosas discotecas de Barcelona, tráfico de marihuana o la presunta comisión de, al menos, tres homicidios. 

Los Casuals, en el juicio en la Audiencia Provincial / CG

Pleitesía al 'Kaiser' y disciplina interna

Ese micrófono fue precisamente el que captó una conversación entre Iván Chicano, uno de los neonazis más prominentes de Cataluña, y Paco el Gordo en el que el primero le comunicaba que tenían “un canapé”, en referencia a uno de los muertos a manos de los cachorros del grupo. En esta comunicación, Chicano instaba a su interlocutor a comunicárselo al líder, Ricardo Mateo, alias Kaiser (emperador en alemán). “Que no, que nos echa, que se enfadará mucho”, decía atemorizado Paco el Gordo. 

No solo eso, también aleccionaba a otros miembros y daba muestra de la disciplina interna, asegurando que los multaría. Asimismo, gracias a estas escuchas se sabe que, con relación al encarcelamiento de algunos de los adláteres, el resto de la organización hizo un fondo común para sufragar los costes de la defensa. En una ocasión, Paco el Gordo se quejó con Davidillo, otro de los miembros históricos, sobre esta decisión: “¡Pues no haber querido ser de los Boixos Nois! ¿Qué se pensaba, que iba a ser fácil? Mira yo lo que tengo que aguantar”. 

Empezó como minicasual

Paco el Gordo medró a la sombra de Ricard Mateo, ganándose la confianza del Kaiser durante más de una década. En 2009, cuando los Mossos d’Esquadra los desarticularon, él ya formaba parte de los minicasuals, jóvenes que seguían las órdenes de los Casuals y que desempeñaban las labores más ingratas. De hecho, al macrojuicio contra la organización de 2013, en el que le cayó un año de prisión y seis meses de multa por un delito contra la Administración de justicia, ya llegó dirigido desde prisión y condenado por tenencia ilícita de armas. 

Como minicasual, Francisco Pérez ya apuntaba maneras. En la sentencia de 2013 se recoge que, bajo las directrices del Kaiser, Paco el Gordo, junto con Javiduvi (ahora distanciado del grupo por desavenencias internas), buscó en la Sala Bikini de Barcelona a Juan Selma, uno de los testigos protegidos durante juicio. Su identidad se puede desvelar porque Selma falleció en otro incidente con los Hell's Angels en 2017.

La agresión al grito de "bocazas"

En aquel entonces, Paco el Gordo y Javiduvi coaccionaron a Selma para que retirara su denuncia contra ellos por el ataque de Isla Fantasía, en el que lo apuñalaron. En concreto, le dijeron que se retractara de lo denunciado, recordándole que “lo suyo con los Casuals era de por vida” y que dependía de Ricardo Mateo que “cualquier niñato con ganas de quedar bien con él le pegase cuatro puñaladas y lo matara”.

En el mismo fallo se relata que, en abril de 2010, Paco el Gordo acudió a la discoteca Chiquita, en la calle Almogàvers de Barcelona, y amenazó a uno de los vigilantes de seguridad. Después de identificarse como miembro de Casuals y decir que lo hacía en nombre de la organización, le gritó: “Tú tienes la boca muy grande, cualquier día te la vamos a hacer callar, porque sabemos que has denunciado”. Acto seguido intentó apuñalarlo con una navaja mientras le gritaba: “Te vas a enterar por lo que has hecho, ¡bocazas!”. Ahora, son sus propios camaradas quienes le buscan a él.