Vuelven los parkineos de música máquina. Un colectivo llamado Fear Hooligans está protagonizando polémicas verbenas de electrónica dura en la calle que atormentan a los vecinos y a las empresas de polígonos industriales. La gota que ha colmado el vaso ha sido una rave makinera de 32 horas en La Roca del Vallès (Barcelona) esta semana.
Lo explican fuentes del sector, que alertan del "perjuicio" que ha causado la larguísima sesión de maleteros abiertos y música a tope en un polígono de este municipio de la conurbación. La juerga makinera contó con los disyóqueis Altrax y DJ More y tuvo la particularidad de que se celebró en plena calle, en un ruedo de coches tuneados con el maletero abierto.
"Duró 32 horas"
Fuentes conocedoras alertan de que si bien Fear Hooligans llama a los suyos a "recoger la basura" tras cada celebración, esta vez no fue así. Las fábricas con presencia en el polígono han estallado porque "todas las calles estaban llenas de botellas de cristal" y suciedad. Después de 32 horas de farra.
Ante ello, han tenido que intervenir los servicios de limpieza municipales y la Policía Local. El incivismo y vandalismo han disparado las alarmas en el colectivo bakala, que ha advertido a sus fieles que "se quedarán sin fiesta" si no recogen el entorno tras su parranda.
Vuelven los 'bakalas'
Estas concentraciones han tenido otro efecto: sembrar el pánico en el ocio nocturno reglado. Es así porque las discotecas con licencia y todos los permisos temen que los jóvenes las desertarán para sumarse a las quedadas de Fear.
Éstas se dan en un contexto en el que algunos clubes están cerrando o se enfrentan a dificultades. El último, Bedroom Music Hall, en Torredembarra (Tarragona), como explicó este medio. La medida obligó a reubicar el festival Rave Warriors.
Revival de la 'mákina'
El contexto de estas congregaciones, en las que hubo peleas y una agresión racista --ver vídeo inferior-- es el retorno de la música electrónica dura a la escena de la noche catalana. Han vuelto, por ejemplo, las fiestas Pont Aeri, que referencian a la icónica discoteca que marcó los 90 y los 2000 en la región.
Por su parte, Pastis y Buenri, los dos disyóqueis residentes del mítico local de electrónica hard, han abierto una tienda en Barcelona, en la que venden material relacionado con la escena, emiten una radio y tienen una escuela de formación, avanzó Crónica Global.
Cataluña fue pionera
Cabe recordar que Cataluña fue líder nacional en este tipo de industria. El territorio concentró los templos de la mákina en los años 90, como el propio Pont Aeri, hoy en ruinas a las afueras de Manresa (Barcelona).
Esta moda regresó también a la actualidad cuando una concursante de Eurovisión, la sueca Loreen, ganó la edición de este año con la canción Tatoo, muy similar al éxito Flying Free, que acuñaron los DJ de Pont Aeri en su momento y se convirtió en un éxito mundial.