Fracaso hepático y muerte: las setas más peligrosas que crecen en los bosques catalanes
El Hospital Clínic de Barcelona detectó cinco casos de intoxicación por hongos hepatotóxicos el pasado año, cuyas toxinas atacan vorazmente a las células del hígado
25 octubre, 2023 23:30Noticias relacionadas
El Hospital Clínic de Barcelona es el centro de referencia en el diagnóstico bioquímico toxicológico de las intoxicaciones por setas hepatotóxicas; es decir, aquellos hongos cuyas toxinas dañan el hígado y pueden ser potencialmente mortales. En Cataluña, donde existe una cultura popular arraigada de salir a buscar bolets, los especialistas del Clínic se encuentran cada año con varios casos de envenenamiento, algunos con consecuencias muy graves para la salud de los pacientes.
En 2022, el hospital analizó en su laboratorio de toxicología 34 muestras de pacientes intoxicados por la ingesta de hongos en busca de amanitinas, la toxina presente en las setas hepatotóxicas, las más peligrosas de todas por su capacidad letal. De estas 34, cinco revelaron un resultado positivo.
Los tres géneros más peligrosos
Emilio Salgado, médico responsable de la Unidad de Toxicología Clínica dependiente del Área de Urgencias del Hospital Clínic de Barcelona, explica que, dentro de los hongos hepatotóxicos presentes en Cataluña, la familia más relevante es la del género amanita, que engloba tanto setas comestibles como otras extremadamente tóxicas.
“Cuando estas setas no están completamente desarrolladas es fácil confundir una Amanita caesarea, un hongo comestible, con una Amanita phalloides, que te puede matar”, señala el facultativo. En contra de la creencia popular, pues suele identificarse la seta roja con pintas blancas como la mortal (la Amanita muscaria, también tóxica y con efectos alucinógenos), la caesarea y la phalloides presentan un aspecto muy similar entre sí. Dentro de las setas hepatotóxicas también destacan en Cataluña el género lepiota, en concreto la Lepiota brunneoincarnata, y el género galerina. Estos tres grandes grupos, insiste el médico, son los más peligrosos.
La diana de las hepatotóxicas: las células hepáticas
Los expertos en toxicología clínica del Hospital Clínic diferencian entre intoxicaciones por hongos con periodo de incubación corto y periodo de incubación largo. En el grupo de los primeros están aquellas setas venenosas cuyos síntomas aparecen apenas dos horas después de consumirlas. “Si alguien tiene la mala fortuna de confundir una especie habitual en la cocina catalana como, por ejemplo, el fredolic (Tricholoma terreum), con un falso fredolic (Tricholoma pardinum), muy parecidas entre sí, el paciente experimenta náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal de forma muy precoz, a la hora o dos horas de la ingesta”, señala Salgado. Este hecho es muy positivo, incide, pues indica que el hongo que se ha consumido no produce daños en el hígado.
Las setas cuyas toxinas atacan vorazmente a las células hepáticas, llegando a destruir el hígado del paciente por completo, son aquellas que tienen un periodo de incubación largo. Es decir, los síntomas por intoxicación --vómitos, dolor abdominal, náuseas y diarrea-- aparecen pasadas entre seis y ocho horas de su consumo, pero sus toxinas empiezan a destruir el hígado mucho antes, aproximadamente una hora después de la ingesta. Si este cuadro se confunde con una gastroenteritis simple, porque no se pregunta directamente al paciente si ha consumido setas o porque este no lo manifiesta, el desenlace puede ser fatal. “Se pueden dar casos de fracaso hepático y, si no se realiza un trasplante de hígado, la muerte”, sostiene. “Cuanto más precoz es el inicio de esta sintomatología, mejor desde el punto de vista diagnóstico”, añade.
¿Cómo actuar frente a una intoxicación?
En caso de que una persona sospeche que ha sufrido una intoxicación por consumo de setas venenosas, si no presenta síntomas Salgado recomienda “mantener la calma” y llamar al Servicio de Información Toxicológica, que está disponible las 24 horas del día, explicar la situación a los profesionales y seguir sus indicaciones.
Si ya presenta síntomas debe acudir a las urgencias hospitalarias para ser evaluado lo antes posible. En todos aquellos casos en los que una persona sufra un envenenamiento por la ingesta de setas, sea cual sea su naturaleza, el tratamiento consiste en darle soporte vital básico y rehidratar al paciente por vía intravenosa, pues es frecuente la deshidratación a causa de los vómitos y la diarrea. Además, se administra un tratamiento sintomático para paliar las náuseas y el dolor abdominal.
El tratamiento
En caso de que la intoxicación sea por hongos hepatotóxicos, “cuanto antes se administre el tratamiento, menos posibilidades habrá de que se produzca un fracaso hepático”, advierte Salgado. En estos casos, en los que el tiempo apremia, los especialistas realizan una descontaminación digestiva, con la administración de carbón activado, una sustancia que funciona como una esponja “absorbiendo las toxinas de estos hongos”.
Estas toxinas son de las más resistentes a los cambios físicos, pues son termorresistentes; es decir, al cocinarlas no se elimina su toxicidad. Además, en el caso de las hepatotóxicas atacan de forma específica a los hepatocitos, las células del hígado, cortando la producción de las proteínas de las células, que mueren. “Una cantidad muy pequeña de estas toxinas puede destruir todo un hígado. De hecho, una sola seta Amanita phalloides puede ser mortal”, subraya el médico.
Además de la administración del carbón activado, por vía oral o sonda nasogástrica, se debe suministrar también la terapia antidótica. El antídoto, añade Salgado, evita que las toxinas ataquen a los hepatocitos, creando una pantalla que los protege. “El más importante es la silibilina, extraída del cardo mariano, y también la penicilina G en dosis muy altas”, apunta el responsable de la Unidad de Toxicología Clínica.
La precaución, la mejor prevención
El experto subraya que estas intoxicaciones, que además suelen ser grupales pues las setas se consumen en familia o entre amigos, suelen estar relacionados con salidas de aficionados o, en algunos casos, incluso de micólogos expertos: “Todos los accidentes que he conocido a lo largo de mi carrera son por un exceso de confianza”.
Por eso, recomienda comer setas adquiridas en establecimientos acreditados que cuenten con certificación y garantías de seguridad, pues no le consta que hayan causado intoxicaciones alimentarias. “Hay que poner en valor que, de la cantidad de hongos que se consumen al año en Cataluña de forma regulada, hay un proceso de selección extraordinario para proteger al consumidor de las intoxicaciones”.
Aun así, como cada año, insiste a aquellos que tengan previsto salir a por setas en que tengan mucha precaución y pide que, ante la mínima duda, sólo consuman aquellas sobre las que tengan la absoluta certeza de que son inocuas. “Si hay alguna que no conocemos muy bien, lo mejor es no comerla. La precaución es la mejor prevención”.