La sequía que azota Cataluña desde hace más de dos años asfixia a los agricultores, que vaticinan pérdidas millonarias por la merma de sus cultivos. La falta de lluvias, que no distingue entre cosechas, ha puesto en jaque también a los productores de plantas de cannabis sativa, comúnmente conocida como marihuana.
Así lo explican los responsables de The Hemp Ground, una tienda online de cannabidiol, más conocido como CBD. Se trata de un compuesto químico natural que se extrae de la planta de marihuana, pero que, a diferencia del tetrahidrocannabinol (THC), no produce efectos psicoactivos, por lo que su venta en España es legal siempre y cuando tenga fines cosméticos o esté destinado a coleccionistas, pero no para ser fumado o ingerido.
Esta empresa catalana, con sede en Mataró, cultiva las flores de CBD en sus propios campos --tres en total--, que ocupan una superficie de dos hectáreas en la provincia de Barcelona. En dos de ellos, al aire libre, los responsables reconocen que han notado un descenso notable en la producción que atribuyen directamente a la escasez de lluvias.
Menos y más cara
“Los chicos encargados de recoger la cosecha nos han trasladado que no ha sido como la de los años anteriores y, si bien la calidad se mantiene, no ha sido tan abundante”, expresan las mismas voces. En datos, esta empresa ha visto cómo la sequía ha disminuido en un 15% la producción de CBD de las variedades Némesis, Widow y CBG, las cultivadas en el exterior, en comparación con el año anterior, algo que no han observado en su plantación indoor.
“Nos preocupa el hecho de que cada vez es más difícil producir las mismas cantidades que años atrás y mantener la calidad”, reconocen los responsables de la empresa, que precisan que cada planta necesita de media unos 100 litros de agua por cosecha. La falta de lluvias, aseguran, los ha empujado a vender menos cantidad y subir los precios. “Tenemos menos variedades y a precios más altos”, reconocen.
La sequía, aliada de los Mossos
Por el contrario, la sequía, principal enemiga de los productores legales de cáñamo industrial y cannabis sativa, de los que se extrae el cannabidiol, se ha convertido en aliada de los Mossos d’Esquadra en la lucha contra los cultivos ilícitos de marihuana. Fuentes de la policía catalana han confirmado que, “efectivamente, se ha notado una disminución de las plantaciones outdoor debido a la falta de lluvias”.
A pesar de que el número de plantaciones desmanteladas se mantiene estable con respecto a años anteriores --en torno a una docena por semana--, desde el cuerpo autonómico explican que los cultivos que se han encontrado en los últimos meses al aire libre suelen ser más reducidos, con menos ejemplares y también hay menos jardineros. Asimismo, el peso de los cogollos se ha visto mermado, pues la escasez de agua ha afectado al crecimiento y rendimiento de las plantas, con hojas más débiles y quebradizas.
La presión policial
No obstante, desde Mossos d’Esquadra piden cautela a la hora de atribuir este descenso de la producción de las variedades de marihuana de exterior únicamente a la sequía, pues existen otros factores que también han incidido en el descenso de los cultivos outdoor. Destacan la presión ejercida por la policía catalana sobre las redes dedicadas al tráfico ilegal de esta sustancia, con aproximadamente 2.000 detenciones anuales.
Si bien la escasez de agua ha contribuido a contener la producción desbocada de marihuana en Cataluña (al menos en su versión outdoor), los Mossos d’Esquadra se enfrentan a redes cada vez más especializadas y profesionalizadas. Por eso, desde el cuerpo autonómico han implementado diversas medidas que pasan, por ejemplo, por impulsar más investigaciones conjuntas con otros cuerpos policiales en el ámbito nacional e internacional para segar estos grupos de raíz, generar inteligencia policial para comprender mejor el fenómeno y concentrar toda la marihuana decomisada en un único almacén para su destrucción.