El Govern vuelve a liarla con los profesores. Los coordinadores de coeducación, convivencia y bienestar (COCOBE) -la nueva figura creada por la Conselleria para los colegios e institutos de Cataluña- no cobrarán ninguna retribución por ejercer estas funciones. Una pifia que solo consigue desmotivar todavía más a unos docentes muy necesarios para preservar el buen clima en los centros y luchar contra el acoso escolar.
Así se lo ha hecho saber el Departamento que dirige la consellera Anna Simó a las escuelas en una nota en la que explica que “los profesores asignados al cargo COCOBE, que no tengan otro cargo de coordinación o tuturía de la ESO, no cobrarán el importe correspondiente”.
Elegidos a dedo
Según han explicado los sindicatos a Crónica Global, en un primer momento la Conselleria creó este cargo sin concretar el número de horas que debían ejercer. A raíz de ahí, las direcciones de los colegios “impusieron a dedo estas funciones al personal más precario”. Es decir, "a los últimos profesores que han llegado y que no se pueden negar", dice Jesús Martín, de UGT.
Ahora, el Govern recula y asegura que no hay dinero para pagarles por esa función, por lo que se han visto “obligados a paralizar las asignaciones de cargos de los centros que no cumplían con el requisito”, si bien algunos ya habían iniciado formaciones de coordinación de convivencia.
Un nuevo "menosprecio"
Por ello, ha instado a los centros a revisar las asignaciones de coordinador de convivencia antes del próximo 7 de noviembre con el objetivo de que las asuman las personas con cargo directivo, de coordinación o de tutoría de ESO que ya cobran un complemento por dichas funciones.
Para la parte social, esta es una nueva medida “populista” y un nuevo “menosprecio” hacia la comunidad docente. Critican que “sobrecargue” más de trabajo a unos profesores que “están al límite”, espetan las mismas voces, que avisan de que estas políticas van en “detrimento de la enseñanza y de la salud mental”.
La convivencia en los centros
Recuerdan que se trata de una figura esencial para mejorar la convivencia en los centros, donde han aumentado los casos de bullying. Su función es la de velar por que el proyecto educativo y las programaciones de las áreas y materias incorporen el bienestar emocional, de coeducación y perspectiva de género, de ciudadanía democrática y de conciencia global.
Por eso, lamentan este nuevo “menosprecio” de Simó, que sigue con políticas “populistas” como las de su antecesor, Josep Gonzàlez-Cambray.