Alain Nicolas Fayez, el presunto estafador de la jet set, urdió presuntamente los engaños a las firmas de lujo del paseo de Gracia desde una de las habitaciones del Hotel Zenit Borrell, un cuatro estrellas emplazado en el Eixample de Barcelona.
Así lo aseguran fuentes del entorno de la seguridad de las marcas de lujo de la milla de oro de Barcelona, que lo sitúan en el establecimiento hotelero entre finales de 2021 y principios de 2022, pues en aquel momento seguían sus movimientos muy de cerca por sus múltiples intentos de fraude. También lo recuerdan los comerciantes de la zona aparcando en el chaflán su flamante Lamborghini Urus verde lima alquilado, si bien el Zenit cuenta con aparcamiento propio.
La dirección del hotel guarda silencio
Pese a que son varios los testigos que lo recuerdan merodeando por la zona y los hosteleros que aseguran que Alain Nicolas desayunaba en sus negocios, la dirección del hotel, amparándose en la Ley Orgánica 3/2018 de Protección de Datos Personales, se ha negado a confirmar si el libanés figuró entre sus huéspedes. Tampoco ha querido precisar si ha presentado una denuncia por impago, un comportamiento que Fayez tuvo con otros establecimientos.
El presunto estafador de la flor y nata barcelonesa trató por aquel entonces de llevarse más de un millón de euros en joyas de Rabat, la prestigiosa tienda de lujo del paseo de Gracia. El libanés, que consiguió desplumar a las amistades de su novia y a sus propios abogados, intentó embaucar también a los responsables de la boutique para llevarse varias joyas pagando por transferencia.
No obstante, las medidas de seguridad impidieron que saliese de la joyería sin pagar, como él pretendía. Sin embargo, fuentes de la seguridad privada se fijaron en un detalle: el llamativo Lamborghini que conducía era el mismo que aparcó durante varios días frente al Zenit --uno de los hoteles de Javier Catalán, hermano de Antonio Catalán (AC Hotels by Marriott)--.
Lamborghini, Chanel y Rabat
El mismo método que pretendía usar en Rabat, el de envío de dinero con decalaje, lo utilizó también en la tienda de Chanel de paseo de Gràcia, de la que quería llevarse varios bolsos para su novia, pero no se los dieron.
El libanés no se limitó a la milla de oro barcelonesa y también dejó pufos en Madrid. En la capital, se ofreció como proveedor de una boutique de ropa y calzado de lujo de la que cobró 181.000 euros por mercancía que nunca entregó.
Zapatillas que jamás llegaron
Pero el libanés no circunscribió su ardid a las tiendas de lujo. También estafó presuntamente a personas de la clase alta de Barcelona, que le aquirieron zapatillas deportivas de colección por miles de euros. Los productos que compraban sobre catálogo jamás llegaron y el dinero, también desapareció.
Cabe recordar que Fayez operaba supuestamente desde un piso del Eixample en el que estaba domiciliada su empresa. El apartamento pertenece a otra persona y allí no hay sociedad de venta de alguna.