El sargento de Mossos d’Esquadra Lluís Escolà, condenado a cuatro años de cárcel por hacer de escolta del prófugo Carles Puigdemont con el beneplácito del entonces conseller de Interior Miquel Buch, publicó numerosos tuits que evidencian que el cargo que ocupaba como asesor en la consejería era en realidad una tapadera.
Tras su nombramiento como asesor en julio de 2018, en agosto aseguró llevar “41 semanas haciéndose cargo del Molt Honorable President de la Generalitat” y añadió que, mientras su protección no se hiciese de “forma legal, se haría legítimamente”. “No sufráis, somos muchos más de lo que parece los que lo cuidamos”, decía en referencia a los agentes que acompañaban al expresident tras su huida a Bélgica. “A los que vayáis a Waterloo: sed respetuosos con los vecinos. Es un barrio tranquilo. Podéis dejar vuestros escritos en el buzón. Muchas gracias”, añadía.
Su itinerario junto a Puigdemont
Ese mismo mes, y mientras cobraba como asesor, recoge la sentencia, el escolta acudió a un “viaje institucional” celebrado el 26 de agosto en 2018 en Edimburgo al que asistió junto a Carles Puigdemont. Así lo avalan tanto los tuits, en los que él mismo enviaba “saludos desde Escocia”, como las imágenes aportadas a la denuncia por un grupo de diputados que estaban en el acto.
Entre agosto y octubre de ese año los Mossos d’Esquadra lo ubican junto a Puigdemont en Bruselas (Bélgica), Délemont (Suiza) y Ámsterdam (Países Bajos) por las imágenes captadas por fotoperiodistas en varios actos a los que acudió junto al expresident de la Generalitat. Él mismo se encargó de ponerlos sobre la pista de otros destinos: “45 semanas. Hemos estado con él [en referencia a Puigdemont] en Francia, Luxemburgo, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Alemania, Escocia y Suecia. Seguimos. Hasta que lo devolvamos a casa”, “46 semanas. Seguimos. Añadimos Suiza” o “Recuerdos desde Waterloo”.
"Ven a vernos"
En este periodo el sargento de Mossos d’Esquadra también mantuvo varias conversaciones con otros usuarios de Twitter sobre su estancia en Bélgica. La sentencia destaca una en la que asegura que “hay muchos mossos buenos, pero no se ven. Subid a Waterloo y conocerás una representación”, animaba a un internauta. Pocos días después compartía: “¡Gracias por la visita!”, acompañado de una imagen hecha desde la residencia de Puigdemont.
Escolà se lo sirvió en bandeja a los investigadores, que trataban de dilucidar si actuaba como escolta del expresident mientras cobraba de las arcas públicas de la Generalitat, precisando incluso las semanas que permaneció a su lado. “Hoy hace 50 semanas que estamos con y para el president Carles Puigdemont”, y añadía: “Ven a vernos y te lo explico. O lo hacemos desde Bruselas o no lo hacemos desde prisión, tú mismo”.
Fotos en la casa de Waterloo
En diciembre, Escolà acompañó a Puigdemont, entre otros actos, al Teatro Nacional Flamenco de Bruselas y al Frontline Club de Londres, “de lo que hay constancia gráfica”, recoge el auto. En este último, el sargento quedó retratado “bajo el umbral de una puerta, entre cortinas, con total nitidez”. Además, en muchas de las imágenes aparece en actitud de vigilancia. Él mismo lo corroboró: “Semana 58, añadimos UK. Vivir en directo no tiene precio”.
En las vísperas de navidad, Escolà se fotografió en el interior de la casa de Puigdemont en Waterloo y le felicitó las fiestas públicamente. “Felices fiestas, president. De parte de todos sus escoltas”, remarcaba. “Solo ha hecho falta que el cartero llamase una vez, porque siempre estamos. Muchas gracias”, rezaba el tuit que acompañaba a una foto de una tarjeta navideña dirigida al Área de Escoltas del Presidente en Waterloo.
Los viajes, fuera de sus vacaciones
Además, añade el tribunal, “no existe constancia documental alguna” que pueda corroborar que entre la fecha de su nombramiento y su cese como asesor del Departamento de Interior, que dirigía Buch en aquel momento, Escolà realizara estos servicios en el periodo vacacional correspondiente a la actividad laboral que supuestamente desempeñaba como personal eventual. Vacaciones que, por cierto, sí disfrutó entre el 15 de marzo y el 8 de abril de 2019, una vez fue cesado como asesor.
Además, los Mossos d'Esquadra tampoco pudieron acreditar que accediera al Palauet, donde se encuentra la Consejería de Interior, en los meses posteriores a su nombramiento como asesor, que tuviera una agenda, ni tampoco citas en el desempeño de su trabajo. Tampoco se logueó en los sistemas, ni envió correos electrónicos, ni hizo tareas encomendadas inherentes a su cargo.
El único fin: proteger a Puigdemont
Por todo ello, añade el tribunal, “no existe duda alguna de que Escolà intervenía, directamente, en la función de protección y seguridad que se le atribuye, aun cuando parte del periodo de los 224 días que transcurrieron entre su nombramiento y su cese pudiese encontrarse en Barcelona”, donde además estaba su entorno familiar. El tribunal señala que, “sin género de dudas ni ambigüedades”, Buch fichó al sargento de Mossos d’Esquadra con el “claro y último propósito de dar cobertura remuneratoria a la función de protección y seguridad del president de la Generalitat Carles Puigdemont”.
Por estos hechos, el exconseller Miquel Buch ha sido condenado a cuatro años y medio de cárcel y a nueve de inhabilitación para ocupar un cargo público por los delitos de malversación y prevaricación. La sentencia de esta causa considera probado que fichó a un sargento de Mossos para que ejerciera de escolta de Puigdemont tras su huida. El sargento, Lluis Escolà, también ha sido condenado. En su caso, como cooperador necesario a cuatro años de cárcel e inhabilitación absoluta de 10 años.