La pelea por unos gatos en Roses emprende la vía judicial
Varios residentes de la urbanización Mas Mates viven enfrentados por una gatera de titularidad municipal, ubicada a pocos metros de una línea de viviendas
3 septiembre, 2023 23:30Noticias relacionadas
Hace años que la urbanización Mas Mates de la localidad de Roses, en Girona, se convirtió en el escenario de una guerra vecinal que parece no tener fin. Los residentes viven enfrentados por la existencia de una gatera de titularidad municipal, ubicada a pocos metros de una línea de viviendas.
Una vecina de la zona se dedica al cuidado de los gatos de la colonia, y explica a este medio que, de forma continuada, encuentra restos de basura o agua esparcida alrededor de la caseta. Una vez, refiere la señora, incluso había jeringuillas rodeando la instalación.
La otra parte insiste en que esta señora es quien esparce comida por los árboles de la zona, con la excusa de que está "dando de comer a los pajaritos", provocando la aparición de cucarachas, ratas y jabalíes a pocos metros de las viviendas familiares, en busca de comida.
Rumbo a los tribunales
Así, en esta historia, que tiene visos de acabar en los tribunales, hay denunciante y denunciado por partida doble, aunque sólo una de las partes ha manifestado a este medio estar considerando la vía legal. También hay un órgano de gobierno que deberá poner una solución al enfrentamiento, si quiere evitar que acabe judicializado.
Sin embargo, tampoco será fácil solucionar un problema tan enquistado, porque unos piden el traslado de la gatera y otros la instalación de cámaras de vigilancia, para ver quién o quiénes están provocando tal desbarajuste en la comunidad.
A la historia no le falta detalle
No es exagerado decir que la realidad supera la ficción, porque a esta historia no le falta ingrediente alguno: amenazas, asaltos nocturnos, ratas, cucarachas, gaviotas y jabalíes merodeando por la zona, cámaras ocultas e incluso, atropellos sospechosos de gatos en una curva.
Pero la cosa parece estar poniéndose bien seria, si se tiene en cuenta la existencia de miles de archivos y decenas de vídeos que ambas partes han recopilado para demostrar su inocencia, o las visitas a urgencias que uno de los vecinos manifiesta haber realizado por ataques de ansiedad generados por el conflicto.
Un desencuentro permanente
Este vecino se queja de la proximidad entre el refugio y las viviendas por suponer un riesgo para las familias. También, de que se señale a su esposa como una de las personas que estarían incordiando la gatera y echando a perder cada día el alimento de los felinos. "Nosotros pedimos una solución y estamos hartos de esta historia, pero la buscamos por la vía legal, no haciendo esas tonterías, que no sirven para nada", ha explicado el hombre a Crónica Global.
Mientras, la vecina encargada del cuidado de los felinos asegura estar viviendo una auténtica pesadilla que ha acabado provocándole una depresión. La mujer insiste en que están incordiando a los gatos por rencillas personales contra ella. Además, generándole un perjuicio económico, ya que es quien paga el pienso de su propio bolsillo, y cada día amanece mojado.
En manos del alcalde
Finalmente, está el papel del anterior equipo de gobierno de Roses que, según las partes enfrentadas y, valga la redundancia, se fue de rositas sin poner fin al problema. Algunos lo acusan de "silencio administrativo" y de vender humo, ya que se habían comprometido a mover la gatera de sitio. Otros, de "cobardía", por no atreverse a perder el voto de la parte disgustada tras una decisión.
De hecho, el pasado 10 de febrero, este medio incluyó la versión del anterior gobierno de Roses, asegurando que ya estaba previsto trasladar la gatera de lugar.
Sea como sea, la solución al problema está en manos de los nuevos ediles, que han heredado la patata caliente y amenaza con estallar por alguna parte, más pronto que tarde.