Fue la noche en la que Barcelona conoció la violencia de los ultras croatas del fútbol. Hasta 87 hooligans del país balcánico han sido detenidos en Atenas esta semana por provocar el caos antes del partido entre el AEK de Atenas y el Dínamo de Zagreb, causando unos incidentes que se han saldado con la muerte a cuchilladas de Michalis Katsouris, un fan griego de 29 años. Sin que hubiera que lamentar víctimas, Cataluña también conoció la ira de los radicales de este país una noche de noviembre de 2021.
Lo recuerda el periodista croata Miho Dobrasin, de la agencia Hina, en conversación con este medio. "El 23 de noviembre de 2021, FC Barcelona y Benfica se enfrentaron en la fase de grupos de la Champions League --el partido acabó 2-6 para los portugueses. Los ultras del equipo portugués viajaron a la Ciudad Condal para animar a su equipo y, en un momento de la noche, arrasaron un bar en el que suelen parar los Boixos Nois. Pero lo hicieron acompañados de ultras croatas del grupo Torcida Split, los extremistas del Hajduk Split".
"Son aliados desde 1994"
Dobrasin, que siguió aquel lance y otros, recuerda que "hubo muchos comentarios sobre la presencia de hooligans de la Torcida en aquellos incidentes. Yo pregunté a algunas fuentes del grupo y lo negaron, aunque admitieron que podrían haber participado algunos miembros por su cuenta, sin hacerlo a nivel oficial", recuerda.
En cualquier caso, el reportero recuerda que No Name Boys y Hajduk Split --rival acérrimo de Dínamo de Zagreb, por cierto-- "cultivan excelentes relaciones desde 1994, cuando coincidieron en la Copa de Europa --antigua Champions League-- y hubo buena sintonía entre aficiones: tras el partido de ida, hubo un accidente de bus de los fans portugueses. Murieron varias personas. En el encuentro de vuelta, los aficionados croatas viajaron a Lisboa y homenajearon a los fallecidos, con lo que la amistad quedó sellada para siempre, hasta ahora".
Un ataque a un bar que nutrió el 'caso Casuals'
Con este trasfondo: ¿participaron los ultras coatas en el asalto al bar de Boixos Nois en Barcelona en noviembre de 2021? "Es posible: lo que sí se sabe es que también hubo radicales del RCD Espanyol", recuerda el periodista balcánico. De hecho, aquella reyerta junto al Camp Nou provocó una represalia de los Boixos contra el bar Los Cazadores, lugar de congregación de los radicales blanquiazules junto al coso perico. Fue seis días después de los disturbios luso-croatas en la capital catalana: el 29 de noviembre.
Aquel asalto motivado costaría caro a los violentos azulgranas. Fue el inicio de la investigación de la Operación Hydra de Mossos d'Esquadra, que explotó el 11 de julio de este año con el arresto de unos 25 radicales ligados a los Casuals de Boixos Nois. Se les ata a ese ataque inicial al bar Los Cazadores, respuesta al triple envite portugués-croata-perico del 23 de noviembre, y desde ese punto de partida, los investigadores de Mossos los sitúan en una estructura criminal diversificada. Hydra concluyó el pasado 31 de julio con la detención del líder de los Casuals, el histórico Ricardo Mateo, a quien se daba por fugado.
"Ya se juntaron en Guimarães "
Así, paradójicamente, la violencia ultra croata pudo ser el inicio del fin de los nuevos hooligans del FC Barcelona. El periodista Miho Dobrasin admite que los radicales balcánicos --quien, según algunos, se "inspiran" en los paramilitares de la Guerra de Independencia de Croacia (1991-1995) para demostrar que "son igual de que ello"-- se han unido a sus amigos del Benfica en más de una ocasión. "El 10 de agosto de 2022, los dos grupos, No Name Boys y Torcida, causaron el caos en Guimarães , en Portugal, en un partido contra el Vitoria", detalla.
Eso sí, el informador subraya que "no existen vínculos estables conocidos" entre los radicales del fútbol español y los croatas, como sí ocurre con los lusos.
Muerte en Atenas
El asunto de la violencia en las gradas y fuera de ellas, reconoce Dobrasin, "está de rabiosa actualidad" por el presunto homicidio del joven Michalis Katsouris en Atenas la madrugada del lunes al martes. El joven de 29 años, a quien se vincula a los Original 21, extremistas del AEK, en este caso de izquierdas, perdió la vida al recibir varias puñaladas durante un enfrentamiento con hooligans croatas, en este caso los Bad Blue Boys del Dínamo de Zagreb.
Los dálmatas habían viajado a Atenas pese a la prohibición de acceso al estadio para presenciar el partido entre AEK y el Dínamo, correspondiente a la fase de grupos de la Champions League. Al llegar a la capital griega, causaron graves incidentes junto al estadio OPAP Arena de su rival. Las algaradas se saldaron con más de 100 detenidos, 87 de ellos croatas, y con la muerte de Katsouris, además de con heridos de diversa consideración, incluidos menores de edad.
La violencia croata en Atenas ha consternado el mundo del fútbol y ha abierto de nuevo el debate sobre la violencia en el deporte y cómo abordarla.