Se repite la historia. Barcelona se expone a tener que pagar una ola de indemnizaciones a familiares de difuntos enterrados en los cementerios municipales por el robo de tumbas para sustraer joyas o dientes de oro, un nuevo fenómeno que persiguen los Mossos d'Esquadra con drones, como avanzó Crónica Global en junio.
Según ha confirmado el abogado Pablo de Palacio, del despacho Palacio Lassaletta de Barcelona, bufete que pilotó las reclamaciones de unas 50 familias por el hundimiento de un bloque de nichos en 2017, "ya ha habido consultas de usuarios que piden información para ser compensados por el robo de tumbas".
"Habrá nuevas reclamaciones"
Según el letrado, "no cabe duda de que habrá una nueva oleada de petición de indemnizaciones, como la que hubo en 2017 con el derrumbe de 144 nichos". ¿Por qué? "Porque si tú llevas equis años pagando una tasa para que tu ser querido descanse en un lugar --se llama tasa de conservación-- y te profanan la tumba para robarle, tienes derecho a ser resarcido por dos vías: por el valor del objeto robado y por la omisión del deber de seguridad de Cementiris de Barcelona", razona.
De Palacio corrobora que ya han tenido "llamadas de personas pidiendo información sobre el caso", algo que no les extraña, ya que "no hablamos de una o diez sepulturas, sino de 162, como mínimo". Ello convence al profesional de que "faltó seguridad y control" en las instalaciones.
La vez anterior: 500.000 euros en pagos
El profesional recuerda que la última gran crisis costó a Cementiris cerca de 800.000 euros, 500.000 de ellos en indemnizaciones. "Fue con el derrumbe del bloque de 350 nichos en septiembre de 2017. Nosotros representamos a unas 50 familias, y no todas han cobrado aún", lamenta el abogado.
Desde aquella funesta tragedia, que costó la cabeza al entonces director general, Jordi Valmaña, la empresa municipal "ha tenido cierto cambio de actitud, pues esta vez, con los robos, no ha tratado de tapar la polémica, sino que la ha denunciado a los Mossos d'Esquadra sin demora". Eso sí, no ha sido suficiente, y los robos han escalado hasta lo 162, cifra que avanzó La Vanguardia.
El nuevo concurso: la misma seguridad
Esa insuficiencia la puede explicar la cicatería de la gerencia de Cementiris con la seguridad. Como explicó este medio, la nueva licitación de seguridad de las infraestructuras de Barcelona de Serveis Municipals (B:SM) no contempla ningún refuerzo de vigilancia en los nueve camposantos públicos.
Al contrario, el conglomerado de empresas públicas del Ayuntamiento de Barcelona solo prevé custodia de noche en Montjuïc y con el mismo número de efectivos que hasta ahora: uno solo para 56 hectáreas de terreno, más de 150.000 sepulturas.
El foco en la gestión
Esa y otras decisiones han puesto el foco en la polémica gestión de Cementiris de Barcelona en los últimos años. No en vano, el derrumbe de 2017 y la oleada de saqueo de tumbas este mismo año llegan cuando la empresa municipal, según otras fuentes del sector, "ha descuidado su labor principal", que es de la de garantizar instalaciones seguras.
A este respecto, desde la industria se recuerda que Cbsa era la matriz de la fallida funeraria municipal de Barcelona que los anteriores gobiernos municipales de Ada Colau (BComú) trataron de armar. La oposición tumbó la iniciativa en hasta cuatro ocasiones por falta de rigor y planificación.