Se fueron a vivir a un entorno verde como es el Parc Forestal de Mataró (Barcelona) creyendo que era un privilegio, pero se ha convertido en un calvario. Así lo aseguran los vecinos de la urbanización Can Vilardell, que denuncian el aumento del incivismo en esta zona que pertenece al parque natural del Montnegre Corredor. Carreras ilegales de coches, okupaciones, drogas y hasta disparos son sólo algunas de las prácticas que presencian los residentes día sí, día también gracias a la “pasividad”, dicen, del ayuntamiento.
Aunque el Parc Forestal está alejado del núcleo urbano, es un entorno elegido por las familias, que aprovechan la variedad de actividades que allí se ofrecen. De hecho, durante los fines de semana se suelen celebrar cumpleaños infantiles y es muy habitual presenciar excursiones escolares que acuden al Bosque Vertical --un parque de aventuras en los árboles--.
Vivir ahí ya no es un privilegio
Mataró tiene varios espacios verdes, entre los que se encuentra el Parc Forestal. Una zona de ocio situada a las afueras del municipio, pero a tan sólo cinco minutos en coche. Tras varias fases hasta su total construcción, acabó siendo un bosque de pinos con varios caminos ideales para hacer senderismo, mesas de pícnic y un mirador con vistas a la ciudad. Incluso se ha convertido en un lugar elegido por las escuelas para hacer excursiones y por las familias para pasar los fines de semana.
Pero la pandemia marcó un antes y un después. Así lo corroboran los residentes de Can Vilardell, que eligieron la urbanización por la tranquilidad de vivir en un espacio privilegiado. Ahora, los únicos privilegiados son los okupas que han allanado varias casas y los incívicos que acuden diariamente y que han provocado que el Parc Forestal esté “sucio y degradado”.
Carreteras de 'rally'
Pero la suciedad que se acumula en el bosque se ha convertido en el menor de sus problemas. Y es que cada vez son más habituales las carreras ilegales en las carreteras de curvas que dan acceso al parque y que atraviesan por esta zona residencial, donde han tenido algún que otro susto. Uno de ellos tuvo lugar el miércoles de la semana pasada, cuando un vehículo se empotró contra una vivienda al circular a gran velocidad "como si fuera un rally".
Este escenario es preocupante, pero auguran una tragedia peor: “Algún día pueden atropellar a un niño o a cualquier otra persona”, advierten las fuentes vecinales consultadas por Crónica Global. Y es que cabe recordar que el parque se impulsó para que los mataronins pudiesen tener un lugar de ocio cerca de la ciudad.
Un valor que preserva durante el día, pero no por la noche, cuando “se crea el vandalismo más absoluto”, advierten. Los botellones y las drogas son una constante, pero también se dejan ver conflictos relacionados con los okupas que viven en algunas de las casas cercanas. De hecho, los vecinos relatan que pasear a su perro por el parque es un imposible, ya que lo tienen tomado los animales de los allanadores.
Práctica de tiro
Como otras ciudades catalanas, Mataró es una de las afectadas por los okupas, que ya no se conforman con irse a barrios obreros como Rocafonda, sino que buscan zonas alejadas de la urbe. Es el caso del Parc Forestal, cuyas casas rondan los 400.000 y 600.000 euros. Pero en los últimos días se han escandalizado todavía más al detectar que una de las señales donde informan del riesgo de incendios ha aparecido con impactos de bala. "Hacen incluso práctica de tiro. Nos lo podemos esperar todo", alertan.
Ante este panorama, los vecinos reclaman al alcalde de Mataró, David Bote (PSC), que se implique para evitar que ocurra una tragedia. En este sentido, lamentan que las medidas que ha implementado son "inadecuadas e insuficientes", porque tienen que ver con un control de radar a las nueve de la mañana, cuando los padres llevan a sus hijos al colegio. "Los incívicos llegan más tarde", agregan.
Una versión distinta a la del consistorio, que asegura tener constancia del “malestar vecinal”, y asegura estar en contacto para “dar respuesta a sus inquietudes”. Así, defienden realizar controles para evitar botellones y actividades ilegales, además de “controles de radar para evitar excesos de velocidad”.