Apuñalamientos y peleas: el infierno de vivir con unos okupas en Rocafonda
El consistorio les ha notificado que deben desalojar el bajo, ubicado en el número 30 de la calle Pablo Picasso, y si no lo hacen pedirán una autorización judicial para echarlos
23 junio, 2023 21:30Noticias relacionadas
Los vecinos del barrio de Rocafonda, en Mataró (Barcelona), aseguran estar atemorizados después de que unos okupas problemáticos se instalaran en un local de la calle Pablo Picasso. De hecho, durante la madrugada del jueves, un joven resultó herido por arma blanca en la cabeza y en un brazo a las puertas de este bajo y tuvo que ser trasladado a un centro hospitalario, como avanzó Capgròs. No obstante, la víctima de la agresión se negó a denunciar los hechos. Tampoco constan detenidos.
Los vecinos recuerdan que el bajo usurpado albergó en el pasado un Casal de Jóvenes. Desde el cierre de la entidad, que operaba en la propiedad de un particular, el local se quedó vacío y fue usurpado por un grupo de jóvenes, que han protagonizado varios incidentes. De hecho, hace apenas una semana también se pelearon en la confluencia con la calle del Poeta Josep Punsola, relatan los residentes a Crónica Global. “Se bajaron de los coches y se agredieron, como si esto fuese el videojuego Grand Theft Auto”.
El consistorio los ha instado a irse
Fuentes del consistorio han confirmado que han recibido quejas de vecinos “en alguna ocasión”. Por este motivo, el Ayuntamiento de Mataró activó un protocolo propio que permite desalojar por decreto de la alcaldía aquellos casos en los que se detecte que existe un riesgo de habitabilidad. En este caso concreto, tras hacer una inspección multidisciplinar en la que participaron los Servicios de Vivienda, Salud Pública y la Policía Local, entre otras entidades municipales, se constató que el bajo okupado “no cumple con las condiciones mínimas de habitabilidad”.
Por eso, desde el consistorio se les ha notificado que no pueden seguir residiendo en el local. Si los okupas no se van por voluntad propia, anuncian que se pedirá una autorización judicial para poder desalojarlos.
Okupaciones conflictivas
Los vecinos aseguran que se sienten "asustados" con la presencia de estos jóvenes, que se han instalado en el bajo del número 30 de una de las arterias del barrio. "Te los encuentras sin camiseta, azuzándote para que les des dinero. Es la única calle por la que evito pasar. El barrio se ha deteriorado a marchas forzadas", denuncian.
Añaden que las okupaciones en Rocafonda son “conflictivas” desde que en el barrio se instalaron mafias dedicadas a allanar locales y pisos para después vender las llaves a familias vulnerables. También aseguran que existen locales que operan como narcopisos, un problema que afectaba principalmente a Barcelona pero que se ha desplazado a otras localidades del cinturón metropolitano.
Los residentes relatan que la situación se ha agravado en los últimos meses, desde que las personas que gestionan estos domicilios se enfrentan entre sí en una “pugna” por controlar a las bravas las propiedades allanadas.
La lucha contra las okupaciones
En 2022, los últimos datos publicados por el Ayuntamiento de Mataró, se registraron 385 denuncias penales por okupaciones. La mayoría, el 68%, se registraron entre enero y junio. Ese mismo año, según fuentes municipales, la Policía Local frustró 192 okupaciones, muchas de ellas, reconocen, gracias a la colaboración ciudadana.
Desde el consistorio recuerdan que iniciaron “la lucha contra las okupaciones en 2016”, y que desde entonces trabajan a nivel técnico y político para encontrar una salida a este problema, que genera inseguridad en el municipio y pone en riesgo la convivencia.
Las medidas del consistorio
Desde el Ayuntamiento de Mataró aseguran que han conseguido invertir la tendencia al alza de las okupaciones, teniendo en cuenta que el año anterior, en 2021, la capital del Maresme registró 573 casos de okupaciones ilegales y 192 intentos de allanamiento.
El descenso de estas cifras, según las voces consultadas, se deben al trabajo preventivo que ha llevado a cabo la Unidad de Civismo y Convivencia (UCC) de la Policía Local para conseguir que los propietarios de inmuebles vacíos los protejan instalando alarmas y puertas blindadas. También a la celebración de juicios rápidos por la vía penal que contemplan el desalojo como medida cautelar, aunque solo se pueden realizar si la propiedad ha denunciado la usurpación y si todas las partes están identificadas.
Cataluña, a la cabeza en okupaciones
También se ha aprobado un protocolo municipal que permite decretar el desalojo administrativo del inmueble en aquellos casos en que se detecte que existe un riesgo energético, sanitario o estructural, como es el caso de la calle Pablo Picasso. Gracias a este protocolo el Ayuntamiento de Mataró desalojó más de 100 inmuebles --entre los que se incluyen pisos, casas, locales y naves industriales-- desde 2020.
El problema de las okupaciones no es único de Mataró. De hecho, según los datos del Ministerio de Interior, Cataluña lidera los allanamientos, con 2.238 delitos solo durante los cuatro primeros meses de este año, lo que supone un 42% del total del país.