Los neonazis han tomado un perfil bajo en la segunda manifestación de Desokupa en Barcelona tras una primera protesta que terminó con saludos fascistas, una denuncia a la Fiscalía especializada en delitos de odio y la amenaza de ilegalización de la empresa de Dani Esteve por la vía de una ley en el Congreso de los Diputados.
La extrema derecha ha permanecido agazapada en la segunda movilización convocada por la empresa antiallanamientos, con una presencia mucho menos discordante que en la primera protesta contra las casas okupas de El Kubo y La Ruïna en el barrio de La Bonanova el pasado 11 de mayo, donde sí hubo ultras conocidos en la escena barcelonesa.
Control de Esteve
Hoy, Dani Esteve había avisado de que no se tolerarían brazos alzados ni gritos aislados de Sieg Heil como en la primera protesta, y así ha sido. El millar de personas se han ceñido al guión y han coreado gritos contra la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau --el motivo oficial de la marcha hoy--; cánticos a favor de Cataluña y España y, claro, contra la okupación.
En la marcha entre plaza Universidad se han repetido los insultos machistas contra Colau, aunque con mucha menos intensidad. Han resonado los muy criticados p*** Ada Colau de la primera manifestación, aunque solo dos veces, por múltiples 14 días atrás.
Castillo y ultras de fútbol
Presentes en la caminata --pacífica y perimetrada por Mossos d'Esquadra y Guardia Urbana en todo momento-- han asistido algunos ultras conocidos, como David Castillo, del desaparecido Frente por España, que se alió con la neofascista Alianza Nacional, aunque finalmente rompió antes de desaparecer, como informó el periodista especializado Xavier Rius Sant.
También se han visto algunos rostros conocidos de los hinchas más extremistas del fútbol catalán, aunque con un perfil muy bajo. No se han registrado incidentes ni tensión en ningún momento.
Ojos de la Fiscalía
Cabe recordar que la marcha de hoy llegaba cuando la acción de Desokupa ha recibido cuestionamientos tanto en el ámbito judicial como en el político. Tras la primera manifestación en Bonanova, en la que se vieron conductas neofascistas, el ayuntamiento denunció la protesta ante la Fiscalía de odio. La Administración local se querelló contra el propio Dani Esteve y dos de los asistentes. Lucían tatuajes neonazis.
En paralelo a ello, en el carril político, Unidas Podemos registró tras esa primera manifestación una proposición no de ley para ilegalizar a las empresas de vaciado de inmuebles okupados. Eso sí, el socio de los morados en el Gobierno, el PSOE, anunció que no compartía la iniciativa, pues considera que la nueva Ley de Vivienda ya contempla aspectos como los planteados, e insta a "desarrollarla".